Investigadores del Instituto Nacional de Ciencias Biológicas de Beijing, liderados por Wang Wei y Deng Ziqing, han conseguido restaurar por completo los tejidos dañados, incluyendo cartílago, en las orejas de ratones que normalmente no pueden regenerar esta zona. El avance, publicado el 7 de julio de 2025 en Science, detalla que la limitación en la producción de ácido retinoico, un derivado de la vitamina A, impide que la parte externa de la oreja (pinna) se regenere tras una lesión. Sin embargo, al suministrar este compuesto de forma externa o activar su síntesis en el organismo, los ratones alcanzaron la restauración funcional de los tejidos dañados.
El equipo utilizó la tecnología Stereo-seq, que permite mapear con alta precisión los cambios celulares y la expresión génica durante el proceso de curación, aportando datos sobre los mecanismos biológicos que subyacen a la regeneración. Este hallazgo representa la primera prueba de principio de la existencia de un "interruptor genético" susceptible de activar la regeneración de órganos en especies donde esta capacidad se ha perdido evolutivamente.
En el contexto comparativo, la investigación señala que mientras algunas especies como conejos y ratones espinosos africanos pueden regenerar tejidos complejos, los ratones comunes carecen de esta habilidad. La evolución ha reducido la capacidad regenerativa en muchas especies, y comprender los factores genéticos implicados podría arrojar luz sobre el mecanismo que subyace a esta divergencia.
De cara a investigaciones futuras, los autores planean identificar los genes capaces de activar la regeneración en distintos órganos, reconociendo la posibilidad de que cada órgano posea un desencadenante genético diferente. Si bien la restauración de órganos humanos plantea desafíos adicionales por diferencias de tamaño y complejidad, este avance destaca el potencial de activar la regeneración en organismos que han perdido esta capacidad, abriendo nuevas vías para la medicina regenerativa.