Salud

Científicos Identifican un Refugio Oculto para la Clamidia en el Intestino Humano

Un estudio de la Universidad de Würzburg, Alemania, ha descubierto que Chlamydia trachomatis, la bacteria causante de la ITS más común, puede persistir en el intestino humano, lo que explica la frecuencia de reinfecciones.

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Científicos Identifican un Refugio Oculto para la Clamidia en el Intestino Humano

Un estudio de la Universidad de Würzburg, Alemania, ha descubierto que Chlamydia trachomatis, la bacteria causante de la ITS más común, puede persistir en el intestino humano, lo que explica la frecuencia de reinfecciones.

"Estos hallazgos sugieren que el intestino puede ser clave en la persistencia de Chlamydia trachomatis, lo cual es crucial para entender su resistencia y hacer frente a complicaciones graves"

- Indicó el equipo de investigación de la Universidad de Würzburg.

3/9/2024

Investigadores de la Universidad de Würzburg en Alemania han descubierto que Chlamydia trachomatis, responsable de la infección de transmisión sexual (ITS) más común a nivel mundial, podría encontrar un "nicho natural" en el intestino humano. Este hallazgo ofrece una posible explicación para la recurrencia frecuente de esta enfermedad tras el tratamiento.

Para llevar a cabo esta investigación, los científicos utilizaron organoides derivados de células epiteliales gastrointestinales (GI) de pacientes. Estos organoides representaban tejidos de estómago, intestino delgado y colon. Al introducir la bacteria en estos organoides, se observó que la infección era significativamente más eficiente cuando C. trachomatis accedía a las células desde la superficie basolateral en lugar de la apical. Esto demuestra que las células epiteliales GI son resistentes a la infección apical pero susceptibles a la basolateral.

Uno de los descubrimientos más relevantes fue la capacidad de C. trachomatis para infectar células GI a través de la circulación sanguínea, sugiriendo que la bacteria puede evadir las barreras físicas del intestino. Esta habilidad contribuye a la persistencia de la infección y podría estar relacionada con un mayor riesgo de infertilidad y cáncer de ovario.

En términos más específicos, el análisis mostró que las células GI pueden albergar formas aberrantes de C. trachomatis, indicativas de infecciones crónicas. Además, se identificó que el pretratamiento con EGTA, un agente quelante de calcio, incrementó entre 1.7 y 2.8 veces la tasa de infección en células gástricas, dependiendo de la duración del tratamiento.

Otro hallazgo crucial fue el rol del factor de virulencia Pgp3, codificado por un plásmido de C. trachomatis, en la infección de las células GI. Las cepas de la bacteria que carecían de Pgp3 mostraron una infectividad reducida entre 2.3 y 2.9 veces en comparación con las cepas silvestres, subrayando la importancia de este factor en el proceso de infección.

Este estudio, cuyo informe completo fue publicado el 22 de agosto de 2024 en PLOS Pathogens, es el primero en su tipo que documenta la infección de células epiteliales intestinales humanas por C. trachomatis. Los resultados no solo arrojan luz sobre la persistencia de esta infección, sino que también destacan la necesidad de una nueva evaluación de los enfoques clínicos y terapéuticos.

"Estos hallazgos sugieren que el intestino puede ser clave en la persistencia de Chlamydia trachomatis, lo cual es crucial para entender su resistencia y hacer frente a complicaciones graves", indicó el equipo de la Universidad de Würzburg. Este entendimiento podría llevar a un aumento en las estrategias de tratamiento y prevención, teniendo en cuenta que el intestino podría actuar como un reservorio para la bacteria y contribuir a la resistencia a los antibióticos. La utilización de modelos de organoides, como los empleados en este estudio, permite una simulación precisa de las interacciones biológicas en un entorno lo más cercano posible al cuerpo humano, sin necesidad de pruebas en sujetos vivos.

Algo Curioso

"Estos hallazgos sugieren que el intestino puede ser clave en la persistencia de Chlamydia trachomatis, lo cual es crucial para entender su resistencia y hacer frente a complicaciones graves"

- Indicó el equipo de investigación de la Universidad de Würzburg.

Sep 3, 2024
Colglobal News

Investigadores de la Universidad de Würzburg en Alemania han descubierto que Chlamydia trachomatis, responsable de la infección de transmisión sexual (ITS) más común a nivel mundial, podría encontrar un "nicho natural" en el intestino humano. Este hallazgo ofrece una posible explicación para la recurrencia frecuente de esta enfermedad tras el tratamiento.

Para llevar a cabo esta investigación, los científicos utilizaron organoides derivados de células epiteliales gastrointestinales (GI) de pacientes. Estos organoides representaban tejidos de estómago, intestino delgado y colon. Al introducir la bacteria en estos organoides, se observó que la infección era significativamente más eficiente cuando C. trachomatis accedía a las células desde la superficie basolateral en lugar de la apical. Esto demuestra que las células epiteliales GI son resistentes a la infección apical pero susceptibles a la basolateral.

Uno de los descubrimientos más relevantes fue la capacidad de C. trachomatis para infectar células GI a través de la circulación sanguínea, sugiriendo que la bacteria puede evadir las barreras físicas del intestino. Esta habilidad contribuye a la persistencia de la infección y podría estar relacionada con un mayor riesgo de infertilidad y cáncer de ovario.

En términos más específicos, el análisis mostró que las células GI pueden albergar formas aberrantes de C. trachomatis, indicativas de infecciones crónicas. Además, se identificó que el pretratamiento con EGTA, un agente quelante de calcio, incrementó entre 1.7 y 2.8 veces la tasa de infección en células gástricas, dependiendo de la duración del tratamiento.

Otro hallazgo crucial fue el rol del factor de virulencia Pgp3, codificado por un plásmido de C. trachomatis, en la infección de las células GI. Las cepas de la bacteria que carecían de Pgp3 mostraron una infectividad reducida entre 2.3 y 2.9 veces en comparación con las cepas silvestres, subrayando la importancia de este factor en el proceso de infección.

Este estudio, cuyo informe completo fue publicado el 22 de agosto de 2024 en PLOS Pathogens, es el primero en su tipo que documenta la infección de células epiteliales intestinales humanas por C. trachomatis. Los resultados no solo arrojan luz sobre la persistencia de esta infección, sino que también destacan la necesidad de una nueva evaluación de los enfoques clínicos y terapéuticos.

"Estos hallazgos sugieren que el intestino puede ser clave en la persistencia de Chlamydia trachomatis, lo cual es crucial para entender su resistencia y hacer frente a complicaciones graves", indicó el equipo de la Universidad de Würzburg. Este entendimiento podría llevar a un aumento en las estrategias de tratamiento y prevención, teniendo en cuenta que el intestino podría actuar como un reservorio para la bacteria y contribuir a la resistencia a los antibióticos. La utilización de modelos de organoides, como los empleados en este estudio, permite una simulación precisa de las interacciones biológicas en un entorno lo más cercano posible al cuerpo humano, sin necesidad de pruebas en sujetos vivos.

Investigadores de la Universidad de Würzburg en Alemania han descubierto que Chlamydia trachomatis, responsable de la infección de transmisión sexual (ITS) más común a nivel mundial, podría encontrar un "nicho natural" en el intestino humano. Este hallazgo ofrece una posible explicación para la recurrencia frecuente de esta enfermedad tras el tratamiento.

Para llevar a cabo esta investigación, los científicos utilizaron organoides derivados de células epiteliales gastrointestinales (GI) de pacientes. Estos organoides representaban tejidos de estómago, intestino delgado y colon. Al introducir la bacteria en estos organoides, se observó que la infección era significativamente más eficiente cuando C. trachomatis accedía a las células desde la superficie basolateral en lugar de la apical. Esto demuestra que las células epiteliales GI son resistentes a la infección apical pero susceptibles a la basolateral.

Uno de los descubrimientos más relevantes fue la capacidad de C. trachomatis para infectar células GI a través de la circulación sanguínea, sugiriendo que la bacteria puede evadir las barreras físicas del intestino. Esta habilidad contribuye a la persistencia de la infección y podría estar relacionada con un mayor riesgo de infertilidad y cáncer de ovario.

En términos más específicos, el análisis mostró que las células GI pueden albergar formas aberrantes de C. trachomatis, indicativas de infecciones crónicas. Además, se identificó que el pretratamiento con EGTA, un agente quelante de calcio, incrementó entre 1.7 y 2.8 veces la tasa de infección en células gástricas, dependiendo de la duración del tratamiento.

Otro hallazgo crucial fue el rol del factor de virulencia Pgp3, codificado por un plásmido de C. trachomatis, en la infección de las células GI. Las cepas de la bacteria que carecían de Pgp3 mostraron una infectividad reducida entre 2.3 y 2.9 veces en comparación con las cepas silvestres, subrayando la importancia de este factor en el proceso de infección.

Este estudio, cuyo informe completo fue publicado el 22 de agosto de 2024 en PLOS Pathogens, es el primero en su tipo que documenta la infección de células epiteliales intestinales humanas por C. trachomatis. Los resultados no solo arrojan luz sobre la persistencia de esta infección, sino que también destacan la necesidad de una nueva evaluación de los enfoques clínicos y terapéuticos.

"Estos hallazgos sugieren que el intestino puede ser clave en la persistencia de Chlamydia trachomatis, lo cual es crucial para entender su resistencia y hacer frente a complicaciones graves", indicó el equipo de la Universidad de Würzburg. Este entendimiento podría llevar a un aumento en las estrategias de tratamiento y prevención, teniendo en cuenta que el intestino podría actuar como un reservorio para la bacteria y contribuir a la resistencia a los antibióticos. La utilización de modelos de organoides, como los empleados en este estudio, permite una simulación precisa de las interacciones biológicas en un entorno lo más cercano posible al cuerpo humano, sin necesidad de pruebas en sujetos vivos.

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