Salvatore Mancuso, exjefe del Bloque Catatumbo de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), fue condenado a 40 años de prisión por el Tribunal Superior de Barranquilla debido a su implicación en 1.323 crímenes cometidos entre 1999 y 2004 en Norte de Santander. La sentencia incluye 568 homicidios, 55 casos de desaparición forzada y numerosos incidentes de desplazamiento forzado.
De acuerdo con las investigaciones, Mancuso y 45 exintegrantes del Bloque Catatumbo fueron hallados culpables de múltiples masacres en localidades tales como Villa del Rosario, Arboledas, Los Patios, El Tarra y Tibú. La Fiscalía General de la Nación ha clasificado estos actos como crímenes de guerra y de lesa humanidad, enfatizando la gravedad de los delitos cometidos durante este periodo.
La condena de Mancuso también contempla el pago de multas y la reparación patrimonial a las víctimas de sus acciones. Su libertad no se verá afectada, ya que, en virtud de los beneficios de la ley de justicia y paz, cumplió los 8 años de prisión acordados con el gobierno de Uribe. Sin embargo, deberá reparar los daños materiales, disculparse y compensar a las víctimas.
El exjefe paramilitar regresó a Colombia el 27 de febrero de 2024 después de cumplir una condena de 15 años de prisión en Estados Unidos por cargos de narcotráfico. Desde su regreso, Mancuso se ha mantenido bajo un régimen de libertad provisional, una condición que ha generado controversia debido a su estatus legal y a su designación como gestor de paz por parte del presidente Gustavo Petro.
La sentencia en contra de Mancuso representa un paso significativo en los esfuerzos del sistema de justicia colombiano para responsabilizar a los actores de los conflictos armados por sus crímenes y para ofrecer alguna forma de reparación a las víctimas de estos delitos.