El estudio titulado “Necrosis as a fundamental driver of loss of resilience and biological decline: what if we could intervene?” fue publicado el 29 de mayo de 2025 en la revista Nature Oncogene. En él, científicos de instituciones como LinkGevity, University College London (UCL), Harvard Medical School, Mayo Clinic y la Agencia Espacial Europea (ESA) identifican la necrosis como un mecanismo central en la degeneración biológica, con implicaciones directas no solo para la salud humana en la Tierra, sino también en el contexto de la exploración espacial.
La necrosis es definida como una forma de muerte celular no programada y descontrolada, que ocurre por lesiones, infecciones o estrés celular, provocando la ruptura abrupta de las células y la liberación de moléculas tóxicas que desencadenan inflamación y aceleran el daño tisular. El estudio destaca la relación de la necrosis con enfermedades crónicas graves, entre ellas el Alzheimer, la insuficiencia renal y las enfermedades cardiovasculares. El equipo de investigación plantea por primera vez que la necrosis no es solo un resultado definitivo de daño celular, sino un impulsor activo y sistémico de la degeneración asociada a la edad.
Uno de los datos críticos del estudio subraya que cerca del 50% de las personas alcanzan algún grado de enfermedad renal al llegar a los 75 años. El análisis de datos en entornos espaciales indica que los astronautas presentan un envejecimiento acelerado debido a la microgravedad y la exposición a la radiación cósmica. Un estudio citado de 2024 comprobó el deterioro acelerado de la función renal en ambientes de baja gravedad.
El equipo detalla que la necrosis se inicia por un incremento de los niveles intracelulares de calcio, lo que dispara una cascada de reacciones químicas que concluyen en la ruptura celular. Además, evidencia que la muerte de una célula por necrosis puede desencadenar la muerte de células vecinas, contribuyendo así a la progresión de enfermedades crónicas y a la aceleración del declive biológico.
La colaboración científica hace énfasis en la posibilidad de que, si se lograra intervenir y frenar la necrosis, podrían abrirse nuevas vías terapéuticas para tratar enfermedades como la insuficiencia renal o patologías neurodegenerativas. Los autores subrayan que la necrosis representa un desafío mayor en misiones espaciales prolongadas, donde los factores de envejecimiento encontrados en la Tierra se ven intensificados, dificultando la preservación de la salud de los tripulantes.
En este contexto, el estudio propone enfocar futuras investigaciones en el desarrollo de intervenciones médicas que interrumpan las vías de la necrosis, con el objetivo de mejorar la salud humana tanto en la Tierra como en el espacio. La publicación concluye que es necesario un cambio de paradigma en el abordaje clínico de la muerte celular, señalando a la necrosis como un blanco prioritario para la medicina de precisión y para la biomedicina en entornos extremos.
El documento finaliza destacando la importancia de la investigación colaborativa internacional para entender mejor los procesos de muerte celular y su relevancia tanto para el tratamiento de enfermedades crónicas como para superar los retos biomédicos de la exploración espacial.