Un estudio reciente ha reportado el descubrimiento de 7,564 especies microbianas en la zona hadal del océano, el ecosistema más profundo del planeta que se extiende desde los 6 hasta los 11 kilómetros de profundidad. Según la investigación, aproximadamente el 89.4% de estas especies son completamente nuevas para la comunidad científica. Este hallazgo, surgido de 33 inmersiones a lo largo de regiones como la Fosa de las Marianas, ilumina aspectos desconocidos de las condiciones extremas bajo la superficie marina.
En un esfuerzo científico sin precedentes, los investigadores recolectaron 1,648 muestras de sedimento en profundidades de entre 6 y 11 kilómetros. De estas, 1,194 muestras fueron analizadas a través de secuenciación metagenómica, obteniendo en promedio 77.26 ± 32.41 gigabases de datos por muestra. El proceso permitió ensamblar 106,501 genomas de calidad media o superior, un logro significativo para explorar los mecanismos de vida en condiciones extremas.
Los microbios descubiertos presentan dos estrategias adaptativas para sobrevivir en un medio tan inhóspito. Algunos tienen genomas simplificados, los cuales priorizan la eficiencia en un ambiente con pocos recursos. Otros emplean genomas versátiles y más amplios, que les permiten adaptarse a diversas presiones físicas y sobrevivir con una gama variada de nutrientes. Estas adaptaciones los hacen únicos frente a las altas presiones (entre 60 y 115 MPa), temperaturas cercanas al punto de congelación y una notable escasez de nutrientes en su entorno.
En términos ecológicos, la composición de estas comunidades microbianas está influenciada predominantemente por la selección homogénea (50.5%), un proceso en el que nichos similares facilitan la supervivencia de especies con estrategias comparables. La limitación de dispersión, con un 43.8%, también desempeña un papel clave al restringir la distribución de organismos, mientras que la contribución de la deriva neutral es mínima.
Estos hallazgos, publicados en la prestigiosa revista Cell bajo el título "Microbial ecosystems and ecological driving forces in the deepest ocean sediments", marcan un hito en el campo de la microbiología. Este estudio no solo amplía la comprensión sobre la biodiversidad microbiana, sino que también apunta a posibles aplicaciones en biotecnología y medicina. Las características únicas de estos organismos podrían ser clave para desarrollar soluciones innovadoras en ambientes adversos o para explorar nuevos compuestos biológicos con potencial terapéutico.
La riqueza genética y la complejidad ecológica de las profundidades abren preguntas fundamentales sobre la vida en condiciones extremas y generan nuevas perspectivas sobre la evolución y adaptabilidad de los microorganismos. Este descubrimiento subraya la importancia de continuar explorando los rincones más profundos del océano en busca no solo de nuevas especies, sino también de sus posibles aplicaciones en el ámbito científico y tecnológico.
La zona hadal, donde se encuentran estas especies, constituye una fracción insignificante del volumen del océano, pero su densidad de biodiversidad y resistencia biológica la convierte en uno de los ecosistemas más fascinantes y poco comprendidos del planeta.