En los últimos tres días, las autoridades venezolanas han detenido a cinco activistas políticos acusándolos de "fomentar el odio" en el contexto de la campaña electoral previa a las elecciones presidenciales programadas para el próximo 28 de julio. Entre los detenidos se encuentran Juan Iriarte, coordinador regional del partido Vente Venezuela; Jean Carlos Rivas, del partido Voluntad Popular; Luis López, periodista conocido por su programa de radio y la cuenta El Pitazo de Vargas; Gabriel González, periodista del equipo de comunicaciones de Vente Venezuela; y Javier Cisneros, coordinador juvenil de la misma organización.
Las detenciones, llevadas a cabo por la División de Investigaciones de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), provocaron gran preocupación entre los opositores, quienes denuncian la falta de claridad en los límites que las autoridades deben establecer para permitir una campaña electoral sin persecución. Inicialmente reportados como desaparecidos, se confirmó posteriormente que estaban en custodia.
María Corina Machado, una de las líderes de la oposición, ha condenado públicamente las detenciones y ha señalado tanto al presidente Nicolás Maduro como al gobernador de La Guaira, José Terán, como responsables de la integridad y seguridad de los activistas. Machado mencionó que desde las elecciones primarias de octubre pasado, varios dirigentes de su partido han sido detenidos bajo acusaciones de conspiración.
Actualmente, según la ONG Foro Penal, hay aproximadamente 278 presos políticos en Venezuela. La represión hacia la oposición ha aumentado en los últimos meses, afectando incluso a aquellos que no están directamente vinculados con los líderes opositores. Edmundo González Urrutia, candidato presidencial de la coalición opositora, describió las detenciones como "injustas y arbitrarias."
Estos eventos han generado preocupación a nivel internacional. El gobierno de Estados Unidos ha expresado inquietud por estas detenciones, apoyando las demandas de liberación y el tratamiento justo de los activistas. Machado ha catalogado la situación como "cruel y criminal," elevando el caso ante diversas organizaciones internacionales en busca de respaldo.
Además de la tensión interna, la detención de los activistas resalta la dura realidad que enfrenta la oposición en Venezuela. La represión no solo se limita a dirigentes sino también a personas que de alguna manera apoyan a la oposición, agravando el ambiente político ya de por sí tenso a medida que se acercan las elecciones presidenciales.