Las audiencias en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en La Haya se han convertido en el epicentro de un debate global sobre la ocupación de Israel en territorios palestinos. Estados Unidos, en una postura que refleja su histórico apoyo a Israel, argumentó en contra de una decisión que exija la retirada inmediata de Israel de estos territorios, subrayando la importancia de considerar las necesidades de seguridad israelíes en cualquier solución al conflicto. Esta posición se mantiene a pesar de las tensiones entre el presidente Biden y el primer ministro Netanyahu, exacerbadas por la guerra en curso entre Israel y Gaza.
En un contexto de creciente aislamiento internacional de Israel, más de 50 estados presentaron sus posturas durante las audiencias, que buscan establecer el estatus legal de los territorios ocupados y sus implicaciones para el enfoque de la comunidad internacional hacia el conflicto. La defensa de Estados Unidos de la ocupación israelí resalta las complejidades diplomáticas y las divisiones entre aliados, con el Reino Unido absteniéndose en una reciente votación del Consejo de Seguridad de la ONU sobre un cese al fuego en Gaza.
La CIJ, cuya opinión se espera para el verano, podría tener un impacto significativo tanto político como legal si determina que la ocupación es ilegal. Esto podría influir en los esfuerzos gubernamentales por prohibir campañas de boicot a productos de los territorios ocupados y aumentar los costos geopolíticos para EE.UU. y el Reino Unido por continuar defendiendo a Israel en el escenario mundial.
Mientras tanto, las tensiones en la región siguen escalando, con Estados Unidos intensificando su participación mediante ataques aéreos en Irak y Siria en respuesta a un ataque en Jordania. La complejidad de la situación se ve agravada por la determinación de Israel de controlar el cruce fronterizo de Gaza-Egipto, lo que ha llevado a advertencias de El Cairo sobre las implicaciones para el tratado de paz de 1979.