El 23 de agosto de 2024, Solingen, Alemania, fue escenario de un brutal ataque yihadista que dejó tres muertos y ocho heridos, de los cuales cinco se encuentran en estado grave. El ataque con cuchillo ocurrió durante un concierto en la celebración del 650 aniversario de la ciudad, causando pánico entre los asistentes.
El agresor, identificado como Issa al H., un refugiado sirio de 26 años que llegó a Alemania en diciembre de 2022, tenía una orden de deportación pendiente que no pudo ejecutarse debido a que no se encontraba en su centro de acogida. Este hecho ha agravado la tensión en el debate político del país.

El partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) ha capitalizado el ataque, utilizando el lema “Höcke o Solingen” en referencia a su líder en Turingia, Björn Höcke. La AfD ha culpado a los partidos tradicionales por permitir la inmigración masiva y ha prometido que, bajo su gobierno, no se repetirían este tipo de ataques.
Este ataque llega en un momento de alta tensión política, con las elecciones regionales en Turingia y Sajonia programadas para el 1 de septiembre de 2024. En estos estados, la AfD lidera las encuestas con cerca del 30% de intención de voto, convirtiéndose en la fuerza más votada en Turingia y la segunda en Sajonia, detrás de la CDU.
En respuesta al ataque, el canciller alemán Olaf Scholz ha prometido intensificar las deportaciones y controlar mejor las entradas irregulares al país. Scholz criticó que dos de cada tres intentos de deportación hayan fracasado hasta ahora y se comprometió a garantizar que aquellos que no pueden permanecer en Alemania sean repatriados.
Por su parte, Friedrich Merz, líder de la CDU, ha señalado que es crucial regular quién ingresa al país, afirmando que “el problema no son los cuchillos, sino las personas que los portan”, sugiriendo que la mayoría de los delitos están vinculados con refugiados.
El atentado en Solingen es el más grave en Alemania desde el ataque al mercadillo navideño de Berlín en 2016, que dejó 12 muertos. La situación actual ha reavivado el debate sobre seguridad y política migratoria, ampliando la división en la sociedad alemana y elevando la tensión en un contexto electoral ya de por sí complejo.