El reciente análisis llevado a cabo por el Instituto de Salud Global de Barcelona y publicado en la revista *Nature Medicine* ha puesto en relieve el impacto devastador del calor extremo en Europa durante 2023. Según el estudio, aproximadamente 47,690 muertes fueron atribuibles a las olas de calor, un fenómeno exacerbado por las emisiones de carbono. Este hallazgo se produce en un contexto donde 2023 ha sido reconocido como el año más cálido jamás registrado a nivel global y el segundo más cálido en Europa.
El análisis incluyó datos de temperatura y mortalidad de 35 países europeos, revelando que en la última década, solo 2022 mostró una cifra de muertes relacionadas con el calor superior, con más de 60,000 fallecimientos. El rango de estimación del estudio sitúa el número real de muertes entre 28,853 y 66,525, con un 95% de confianza.
Grecia presentó la tasa de mortalidad más alta, con 393 muertes por millón de personas, seguida de Italia con 209 y España con 175. Más de la mitad de estas muertes ocurrieron durante dos olas de calor en los meses de julio y agosto, cuando la región también se vio afectada por incendios forestales. En Sicilia, las temperaturas alcanzaron los 44 °C (111 °F) el 18 de julio.
La investigación resalta que Europa se está calentando aproximadamente al doble de la velocidad del promedio global, lo que ha llevado a olas de calor más intensas, prolongadas y frecuentes. Se espera que los días con temperaturas incómodamente altas aumenten en países tradicionalmente más fríos como el Reino Unido, Noruega y Suiza, mientras que el mayor número absoluto de muertes seguirá concentrándose en el sur de Europa.
Las medidas de adaptación implementadas en las últimas dos décadas han tenido un impacto significativo, ya que el estudio estima que, de no haberse llevado a cabo, el número de muertes por calor en 2023 habría sido un 80% mayor. Aun así, el elevado número de fallecimientos subraya la necesidad urgente de estrategias más efectivas para proteger a la población durante futuros veranos.
Entre las recomendaciones del informe, se sugiere que los gobiernos se enfoquen en el diseño de ciudades más frescas, incrementando los espacios verdes y desarrollando sistemas de alerta temprana. Además, se enfatiza la importancia de la hidratación y la vigilancia de grupos vulnerables, especialmente las personas mayores.
El estudio subraya que el cambio climático no solo es un desafío ambiental sino también un serio problema de salud pública, y enfatiza la necesidad de una acción coordinada para mitigar sus efectos adversos. El 2023 no solo fue notable por ser el año más cálido a nivel mundial, sino también porque las temperaturas alcanzaron nuevos récords en múltiples regiones, exacerbando la frecuencia de eventos climáticos extremos, como olas de calor e incendios forestales.