El conflicto entre Israel y Hezbollah ha alcanzado un nuevo punto crítico después de que Hezbollah lanzara un misil balístico dirigido a Tel Aviv, el primero en casi un año. El misil, dirigido específicamente a la sede del Mosad, fue interceptado por el sistema de defensa israelí. Este ataque desencadenó una respuesta inmediata y contundente por parte de Israel.
En represalia, el ejército israelí llevó a cabo su tercer ataque masivo en Líbano, bombardeando aproximadamente 280 objetivos relacionados con Hezbollah. Estas instalaciones incluyeron centros de inteligencia y lanzadores de cohetes. Además, el ejército israelí ha movilizado dos brigadas de reserva y se prepara para una posible incursión terrestre en el territorio libanés.
Desde el inicio de los bombardeos, el número de muertos en Líbano ha superado los 600, con más de 1,800 heridos. El ministro de Exteriores libanés informó que cerca de 500,000 personas han sido desplazadas, un aumento significativo respecto a los 110,000 desplazados informados inicialmente. En el norte de Israel, más de 60,000 personas han evacuado sus hogares debido a los constantes intercambios de fuego. Asimismo, miles de personas en el sur de Líbano han cruzado la frontera hacia Siria en busca de refugio.
El general Herzi Halevi, jefe del Estado Mayor israelí, declaró: "Nuestros ataques aéreos están diseñados para debilitar la infraestructura de Hezbollah y preparar el terreno para una posible entrada de tropas israelíes". Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, prometió no descansar hasta que los residentes del norte de Israel puedan regresar a sus hogares con seguridad.
El contexto internacional añade otra capa de complejidad a la crisis. Líderes de Estados Unidos y otros países han expresado su preocupación por la escalada del conflicto e instado a ambas partes a desescalar. El secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, resaltó que el riesgo de una escalada en la región es agudo y afirmó que se están realizando esfuerzos diplomáticos para evitar un conflicto a gran escala.
Mientras tanto, en Gaza, las operaciones militares israelíes siguen en curso, con un elevado número de bajas civiles reportadas a pesar de que la atención global se centra principalmente en el conflicto entre Israel y Hezbollah en Líbano.
Este cuadro de situación muestra la gravedad del conflicto y su impacto humanitario significativo en ambas partes involucradas, exacerbado por la respuesta internacional y las crisis domésticas que obligan a miles de personas a abandonar sus hogares en busca de seguridad y refugio.