Durante la reunión del Foro Económico Mundial en Davos, António Guterres, Secretario General de la ONU, emitió serias advertencias sobre la crisis climática global. Guterres describió la dependencia mundial de los combustibles fósiles como un “monstruo de Frankenstein” que afecta a toda la humanidad. Subrayó que 2024 ha sido el año más caluroso jamás registrado, presentando una clara señal de alarma sobre el futuro del planeta.
Guterres mostró preocupación por el aumento del nivel del mar, una consecuencia directa del cambio climático, y advirtió que esta situación podría poner en riesgo los puertos de envío de petróleo, elementos vitales para el comercio mundial. Durante su intervención, también criticó a las empresas que han incumplido sus compromisos climáticos, acusándolas de estar “en el lado equivocado de la historia”.
Paralelamente, Guterres abordó los riesgos asociados a la inteligencia artificial (IA). Destacó que, aunque la IA tiene un enorme potencial para revolucionar la educación y la atención médica, también puede ser utilizada como herramienta de engaño, impactando negativamente en la confianza pública e institucional.
En un anuncio de gran envergadura, el presidente Donald Trump declaró una inversión de hasta $500 mil millones en infraestructura relacionada con la IA en un proyecto denominado Stargate. Esta iniciativa busca establecer centros de datos y generación de electricidad en Texas, lo que podría consolidar a la región como un epicentro tecnológico global. Julie Sweet, CEO de Accenture, elogió esta inversión como un hito importante que subraya la relevancia de la IA en el futuro económico y tecnológico.
El Primer Ministro de Malasia, Anwar Ibrahim, también intervino en el foro para señalar la urgencia de acelerar la adopción de la IA en su país, planteando que se trata de una pieza clave para el desarrollo económico y social. Por otro lado, el Primer Ministro español, Pedro Sánchez, hizo un llamado a la Unión Europea para regular las plataformas de redes sociales, alegando que los multimillonarios tecnológicos representan una amenaza creciente para la democracia.
En materia de comercio internacional, Rachel Reeves, la nueva ministra de Hacienda del Reino Unido, advirtió que Trump está considerando imponer tarifas a países con grandes superávits comerciales respecto a EE. UU. Sin embargo, subrayó que el Reino Unido tiene un déficit comercial pequeño en comparación, por lo que cualquier tarifa impuesta podría resultar perjudicial para ambas naciones. Reeves mencionó que aproximadamente un millón de británicos trabajan para empresas estadounidenses y un millón de estadounidenses lo hacen para empresas británicas, destacando la interdependencia económica entre ambos países.