Desde su entrada en la Casa Blanca el 20 de enero de 2021, Joe Biden enfrentó un panorama político complejo. Su mandato estuvo marcado por importantes logros y desafíos polémicos, generando un legado mixto que ha sido recibido con críticas variadas por el público estadounidense.
Entre los principales logros de su administración se destaca la aprobación de varias legislaciones bipartidistas. La Ley de Infraestructura, respaldada por ambos partidos, se centró en la reconstrucción de infraestructuras críticas como carreteras, puentes y la eliminación de tuberías de plomo en todo el país. Asimismo, la Ley de Reducción de la Inflación fue aclamada como la legislación más significativa en el combate al cambio climático en la historia de EE. UU. Por otro lado, la Ley CHIPS y Ciencia impulsó el desarrollo de la industria de semiconductores, un sector clave para la competitividad tecnológica del país.
En el ámbito de la salud y bienestar, su gobierno logró reducir costos de medicamentos recetados, limitando el precio de la insulina a $35 al mes para los adultos mayores, y expandió el acceso a atención médica asequible, algo que había sido una prioridad desde su candidatura.
En cuanto a derechos civiles, Biden nombró a Ketanji Brown Jackson como la primera mujer afroamericana en la Corte Suprema, rompiendo una barrera histórica. Además, su administración logró la aprobación de la primera ley significativa sobre control de armas en 30 años, respondiendo a una demanda largamente sostenida por el movimiento de control de armas.
La política exterior de Biden quedó marcada por su apoyo a Ucrania tras la invasión rusa, donde utilizó inteligencia para preparar al mundo para el conflicto y brindó asistencia estratégica y humanitaria al país europeo. En el caso del conflicto de Gaza, su mandato tuvo un enfoque equilibrado, aunque enfrentó críticas por su apoyo continuo a Israel, lo que generó controversias tanto nacionales como internacionales.
No obstante, la administración de Biden también tuvo que enfrentar fuertes críticas y una disminución constante en su popularidad desde la caótica retirada de Afganistán en agosto de 2021. El descontento creció entre votantes clave, incluyendo árabes, latinos y negros, quienes progresivamente han mostrado decepción con su gestión y un cambio de preferencias hacia el Partido Republicano.
La inflación fue otro problema significativo durante su mandato. A pesar de signos de mejoramiento en la economía, la percepción de los ciudadanos era que la inflación asfixiaba su calidad de vida. Esta percepción negativa afectó su aprobación, mostrando el desafío de equilibrar políticas macroeconómicas con las realidades cotidianas de los ciudadanos.
Con todos estos factores, Biden decidió no buscar la reelección, dejando un legado mixto: importantes avances legislativos y logros en derechos civiles y política exterior, aunque empañados por una caída continua en la popularidad y la percepción de un mandato que no logró unir plenamente al país dividido.
El análisis del mandato de Biden será un tema permanente de debate entre historiadores y el público en general, pero sin duda, su administración dejó una marca tangible en varios aspectos fundamentales de la vida estadounidense. Joe Biden es el presidente con mayor edad en la historia de Estados Unidos, asumiendo el cargo a los 78 años.