La extracción de cobalto en la República Democrática del Congo (RDC) ha suscitado preocupaciones significativas en torno a los derechos humanos y la explotación laboral. Este metal, crucial para la fabricación de baterías de iones de litio utilizadas en dispositivos electrónicos y vehículos eléctricos, se encuentra en el corazón de una crisis humanitaria. En la RDC, donde se concentran las mayores reservas mundiales de cobalto, la extracción del mineral se realiza en condiciones que a menudo violan los derechos más básicos de los trabajadores y las comunidades locales.
La situación en el Congo es particularmente alarmante debido a la utilización de trabajo infantil en las minas de cobalto. Niños, algunos de tan solo 7 años, son empleados en jornadas extenuantes de hasta 12 horas diarias, sin equipo de protección adecuado, exponiéndose a riesgos significativos para su salud y seguridad. Estos niños trabajadores, junto con otros mineros, enfrentan condiciones laborales peligrosas por una remuneración mínima, a veces tan baja como un dólar al día, sin acceso a mecanismos de queja o reparación efectivos.

Las empresas multinacionales, en su búsqueda por asegurar el suministro de este valioso recurso, han sido vinculadas a estas prácticas explotadoras, a pesar de las políticas de tolerancia cero hacia el trabajo infantil que muchas afirman sostener. La trazabilidad del cobalto y la verificación de las condiciones bajo las cuales se extrae representan desafíos significativos, lo que complica los esfuerzos para garantizar que los productos tecnológicos y los vehículos eléctricos sean verdaderamente éticos y sostenibles.
Además del trabajo infantil, la expansión de las minas a escala industrial ha llevado a desalojos forzosos y a una serie de abusos contra los derechos humanos, incluidas agresiones sexuales y violencia física. Comunidades enteras han sido desplazadas de sus hogares y tierras agrícolas sin compensación adecuada ni consulta previa, dejándolas en una situación de vulnerabilidad extrema. La falta de mecanismos efectivos para la rendición de cuentas y el acceso a la justicia para las víctimas de estos abusos subraya la urgente necesidad de una regulación y supervisión más estrictas de la industria minera en el Congo.