El túnel Fehmarnbelt promete convertirse en una infraestructura revolucionaria no solo por su longitud de 18 kilómetros, sino también por su profundidad de hasta 40 metros, lo que lo convertirá en el túnel sumergido más largo del mundo. Este ambicioso proyecto unirá Dinamarca y Alemania, permitiendo a los viajeros cruzar el estrecho de Fehmarn en apenas 7 minutos en tren y 10 minutos en coche, comparado con los actuales 45 minutos en ferry o 6 horas por carretera.
La construcción del túnel, que comenzó en 2021, se está llevando a cabo con un costo estimado de €7 mil millones (aproximadamente £5.94 mil millones). El proyecto consta de 90 componentes de hormigón, cada uno de 217 metros de largo y con un peso de 73,500 toneladas. Durante los últimos 15 años, los ingenieros han realizado rigurosas pruebas de concreto en la zona para garantizar que el material resista las condiciones del agua salada. El túnel Fehmarnbelt superará al Túnel Seikan de Japón y el Túnel del Canal de la Mancha, convirtiéndose en el túnel sumergido más largo del mundo cuando se inaugure en 2029.

Formando parte de un proyecto de infraestructura más amplio, el túnel Fehmarnbelt se suma al puente Øresund y al puente del Gran Belt, creando una conexión vital entre Dinamarca, los países nórdicos y el resto de Europa. Se prevé que la nueva conexión reducirá el tiempo de viaje entre Copenhague y Hamburgo de 4.5 horas a 2.5 horas, facilitando significativamente el transporte de mercancías como el acero, desde el norte de Noruega hasta el centro y sur de Europa.
La construcción utiliza un método innovador en el cual las secciones del túnel se fabrican en tierra y luego se sumergen en el fondo marino. Esto no solo es considerado más eficiente, sino también menos perjudicial para el medio ambiente. El proyecto ha recibido más de €1 mil millones en apoyo financiero de la Comisión Europea y se financiará principalmente a través de un préstamo respaldado por el estado que se reembolsará mediante peajes.
Además de mejorar la conectividad, el túnel Fehmarnbelt también representa una oportunidad significativa para revitalizar la economía local, la cual ha enfrentado varios desafíos en las últimas décadas. Se espera que la nueva ruta atraiga más turistas y mejore el acceso entre Alemania y Suecia, aportando beneficios económicos tanto a nivel local como regional.