El 22 de junio de 2025, el ministro de Exteriores iraní, Abass Aragchi, anunció que Irán no volverá a la mesa de negociaciones con Estados Unidos hasta después de responder militarmente al bombardeo lanzado la noche anterior contra sus instalaciones nucleares en Fordow, Isfahán y Natanz. Estos ataques por parte de la administración de Donald Trump fueron calificados por la Casa Blanca como el “final” de una campaña, aunque el presidente estadounidense amenazó con nuevas acciones si Teherán no acepta negociar.
Masud Pezeshkian, presidente de Irán, responsabilizó a Washington por la escalada de violencia y afirmó que el bombardeo estadounidense evidencia el involucramiento de la Casa Blanca en los recientes ataques de Israel, los cuales han provocado más de 400 muertos en territorio iraní durante los últimos nueve días.
Entre las posibles medidas de respuesta, el Parlamento iraní solicitó al Consejo Supremo de Seguridad Nacional el cierre del estrecho de Ormuz, vía de tránsito del 25% del petróleo mundial. Esmaeil Kowsari, diputado y miembro citado por Press TV, precisó que el Legislativo respalda esta medida, aunque la decisión final recae en el Consejo, integrado por el presidente, ministros clave, el jefe del Parlamento y líderes de las Fuerzas Armadas y religiosos. El cierre de Ormuz podría desencadenar significativos incrementos en los precios globales de hidrocarburos y afectar las exportaciones tanto de Irán como de otros países productores.
Aragchi, durante la reunión de ministros de la Organización para la Cooperación Islámica en Estambul, enfatizó la disposición de casi todos los países musulmanes de la región para frenar la ofensiva israelí y expresó su inquietud respecto a un potencial aumento de la implicación militar estadounidense en el área. El ministro calificó de “irrelevantes” los llamados a una salida negociada, recordando que Irán ya había iniciado conversaciones previamente con Washington cuando comenzaron los ataques israelíes. Además, aseguró que las opciones de respuesta iraní incluyen desde nuevas acciones militares hasta posibles ataques contra bases estadounidenses en la zona del Golfo.
El gobierno iraní también evalúa la retirada del Tratado de No Proliferación Nuclear, al considerar que no ha servido para proteger al país de los recientes bombardeos, y ha exigido la convocatoria urgente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para condenar el ataque de Estados Unidos.
En paralelo, Aragchi se dispondrá a viajar a Moscú para reunirse con el presidente ruso, Vladímir Putin, y coordinar posiciones frente al nuevo escenario regional. El diplomático iraní atribuyó los bombardeos estadounidenses al “fracaso” de los ataques israelíes y subrayó que tales acciones sólo son posibles con el apoyo directo de Estados Unidos.
La situación permanece tensa, con el Parlamento iraní presionando para el cierre del estrecho de Ormuz y el Ejecutivo considerando diversas medidas de represalia, mientras continúan las muertes y la inestabilidad en la región.