La energía oscura, la enigmática fuerza que representa aproximadamente el 70% del contenido del universo y que impulsa su expansión acelerada, podría estar perdiendo fuerza, según un estudio llevado a cabo por el equipo del Dark Energy Spectroscopic Instrument (Desi). Esta investigación, que utiliza datos obtenidos desde el Observatorio Nacional Kitt Peak, en Arizona, sugiere que la energía oscura alcanzó su punto culminante cuando el universo tenía cerca del 70% de su edad actual y que, desde entonces, esta fuerza se ha debilitado en un 10%.
La implicación de este fenómeno es significativa: aunque la expansión del universo continúa acelerándose, podría no ser permanente. Si la energía oscura disminuye hasta volverse negativa, el universo podría dejar de expandirse para eventualmente colapsar en un evento conocido como "gran colapso" o "big crunch", marcando un drástico giro en su destino final. Tradicionalmente, los científicos han considerado a la energía oscura como constante, un supuesto que apuntaría a un universo terminando en la "gran congelación", donde las galaxias estarían tan separadas que la luz no podría viajar entre ellas. Este hallazgo cambia fundamentalmente esa perspectiva.
Los resultados fueron presentados en la reciente Cumbre Global de Física de la Sociedad Americana de Física, celebrada en Anaheim, California. El instrumento Desi, con sus 5,000 "ojos" de fibra óptica, ha permitido a los astrónomos mapear el cosmos con una precisión sin precedentes. Su liberación más reciente incluye datos de 15 millones de galaxias, cubriendo 11 mil millones de años de historia cósmica. Esto lo convierte en el mapa tridimensional más detallado del universo creado hasta la fecha.
El profesor Alexie Leauthaud-Harnett, coportavoz de Desi, describió los resultados como un posible avance importante para comprender la energía oscura y el universo: "El fenómeno observado es intrigante y podría desencadenar una revisión significativa de nuestras teorías cosmológicas". Carlos Frenk, miembro del equipo de Desi, también señaló que la disminución de esta fuerza misteriosa plantea interrogantes fundamentales sobre las leyes subyacentes que rigen la física.
Pese a lo revelador de los hallazgos, los resultados aún no alcanzan el umbral estadístico de cinco sigma, que es el estándar en física para declarar un descubrimiento. Sin embargo, han generado confianza creciente entre los especialistas. John Peacock, cosmólogo de la Universidad de Edimburgo, manifestó su cambio de opinión respecto a la validez del estudio con base en las evidencias presentadas.
Actualmente, la energía oscura sigue siendo uno de los mayores misterios de la física moderna. Aunque se sabe que constituye la mayor parte del universo, su naturaleza y origen exactos permanecen desconocidos. Junto a la materia oscura y la materia ordinaria, define la estructura del cosmos, pero los científicos aún no comprenden por qué esta componente está disminuyendo ni si esto refleja cambios en las leyes de la física o implica un elemento crucial aún desconocido.
Estos avances abren la puerta a una nueva era en la cosmología, donde teorías previamente aceptadas deberán revisarse. Por ahora, las investigaciones continúan para explorar si este debilitamiento podría ser una fluctuación temporal o un indicio de algo más profundo que redefina nuestra comprensión del universo.