Jorge Mario Bergoglio, conocido como el Papa Francisco, falleció el 21 de abril de 2025 a las 7:35 a.m. en la Casa Santa Marta del Vaticano, a los 88 años, después de complicaciones derivadas de una neumonía doble y problemas cardíacos. El pontífice estuvo hospitalizado desde el 14 de febrero de 2025 por una infección pulmonar y fue dado de alta el 23 de marzo, regresando a su residencia en el Vaticano. Su última aparición pública ocurrió el 20 de abril de 2025 en la Plaza de San Pedro durante la celebración de Pascua.
Francisco asumió el papado en marzo de 2013 y permaneció 12 años al frente de la Iglesia católica, guiando a una comunidad global de aproximadamente 1.4 mil millones de personas. Tras la noticia de su fallecimiento, diversos líderes internacionales manifestaron sus condolencias y destacaron su legado. António Guterres, Secretario General de la ONU, lo definió como “un mensajero de esperanza, humildad y humanidad”. Emmanuel Macron, presidente de Francia, subrayó su dedicación a los más vulnerables, mientras Giorgia Meloni, primera ministra de Italia, lamentó la pérdida de un “gran hombre y gran pastor”. Pedro Sánchez, jefe de gobierno español, remarcó la contribución del Papa a la paz y la justicia social.
Michael Higgins, presidente de Irlanda, resaltó su reconocimiento de la dignidad humana, y Andrzej Duda, mandatario polaco, evocó su humildad y sencillez. El canciller alemán, Olaf Scholz, consideró que el mundo pierde un defensor de los débiles. Isaac Herzog, presidente de Israel, mencionó la importancia de los vínculos interreligiosos promovidos por Francisco. Volodymyr Zelensky, presidente de Ucrania, agradeció su apoyo a la paz en medio del conflicto en su país. Desde Estados Unidos, el presidente Donald Trump publicó un mensaje de paz en redes sociales. J.D. Vance, vicepresidente estadounidense, recordó su último encuentro con el pontífice y su influencia en momentos críticos. Narendra Modi, primer ministro de India, reconoció su compromiso con el desarrollo inclusivo.
El impacto de su pérdida ha provocado la declaración de luto nacional en países como Argentina, Brasil y España. En Roma y otras ciudades sonaron campanas y se realizaron vigilias en memoria del pontífice. El legado del Papa Francisco destaca en su encíclica ambiental “Laudato Si’”, pionera en la enseñanza de la Iglesia sobre cambio climático, y en su énfasis constante por defender la dignidad de los migrantes y de los más pobres. Durante su papado, hizo habituales los llamados a la paz en zonas de conflicto, con mensajes dirigidos especialmente a Ucrania y Gaza.
El funeral del Papa Francisco contempla la exposición de su cuerpo en la Basílica de San Pedro, para que los fieles puedan presentar sus respetos. Posteriormente, será enterrado en la Basílica de Santa María Mayor, rompiendo la tradición de las grutas vaticanas.
La desaparición de Francisco, el primer papa latinoamericano y jesuita, deja una huella significativa en la historia de la Iglesia y la política internacional contemporáneas, marcando un periodo de renovado compromiso eclesial con el medio ambiente, la justicia social y la paz global.