En el frente ucraniano, la introducción de drones de fibra óptica representa un cambio importante en las estrategias militares de ambos bandos. Estos dispositivos, ensamblados en talleres secretos al noreste de Ucrania por un grupo aproximado de 20 personas, incorporan un cilindro que porta un cable de fibra óptica de hasta 20 kilómetros de longitud, permitiendo su operación sin conexión de radio y dificultando su detección por sistemas de guerra electrónica.
El diseño de estos drones de vista en primera persona (FPV) ofrece ventajas operativas claras, ya que pueden volar a escasa altura, sortear obstáculos en terrenos complejos, como bosques, y atacar ubicaciones consideradas seguras. Imágenes difundidas por canales militares rusos muestran su capacidad para alcanzar blancos encubiertos, como un howitzer ucraniano dentro de un granero. Soldados ucranianos han reportado una creciente dificultad en efectuar evacuaciones de heridos debido a la amenaza permanente que suponen estos drones.
En términos de desarrollo, Rusia mantiene superioridad por su mayor acceso a cable de fibra óptica. Durante el contraataque ruso en Kursk, los drones de este tipo fueron utilizados de manera extensiva y han contribuido notablemente a la reducción del saliente ucraniano desde marzo. Se calcula que los drones, en todas sus variantes, provocan entre el 70% y 80% de las bajas militares en ambos bandos.
Expertos como Samuel Bendett, del Centro de Análisis Naval, explican que los drones de fibra óptica resultan cruciales en los primeros momentos de un asalto, pues atacan las capacidades de guerra electrónica enemigas y transmiten video de alta calidad hasta el momento del impacto, facilitando las operaciones de drones convencionales posteriores.
El costo de un dron FPV estándar ronda los $400 dólares, con un coste adicional similar por el cable de fibra óptica. Sin embargo, el despliegue de estos drones presenta retos logísticos, ya que el cable es susceptible a daños y contaminación, lo que genera entre cinco y seis intentos fallidos por piloto durante su fase de entrenamiento. Según Dmytro, comandante de escuadrón en uno de los talleres, alrededor del 10% de la producción local corresponde actualmente a drones de fibra óptica.
La industria ucraniana ya avanza en este terreno: desde principios de 2025, más de 20 modelos de drones con sistemas de control por fibra óptica han sido certificados y 11 empresas nacionales han iniciado su fabricación, según informó el presidente Volodymyr Zelenskyy. Ucrania ha reportado la destrucción de 77,000 objetivos enemigos mediante el uso de drones de distinta índole durante el conflicto. El alcance operativo de estos drones de fibra óptica, de hasta 20 kilómetros, permite ampliar el rango de ataque más allá de las líneas tradicionales de combate.
En un reciente ataque de drones ucranianos a una fábrica de fibra óptica en Saransk, situada a unos 640 kilómetros de la frontera, se afectó la que se considera la única planta de este material en Rusia, demostrando la capacidad ucraniana para emprender ofensivas a larga distancia, aunque la magnitud del daño no ha sido precisada.
Las fuerzas armadas ucranianas se mantienen activas en el desarrollo de soluciones defensivas, probando redes y otros métodos para interceptar drones y cortar sus cables de fibra óptica. Paralelamente, la búsqueda de aumentar la producción nacional y crear contramedidas efectivas continúa siendo una prioridad.