La frágil tregua entre Israel e Irán se sostenía este martes por la noche tras una jornada marcada por inéditos episodios políticos y militares en Oriente Medio. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, intervino de manera directa para exigir al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que detuviera un ataque aéreo de gran alcance planeado contra objetivos iraníes, luego de constatar violaciones al alto el fuego pactado horas antes.
Trump, al despertar en Washington y enterarse de la ruptura de la tregua por parte de ambos países —según los informes israelíes, Irán fue el primero en reanudar las hostilidades al disparar dos misiles balísticos interceptados cerca del norte de Israel alrededor de las 10:30 a.m., dos horas y media después del anuncio del cese de hostilidades— condenó especialmente la escala de los bombardeos israelíes. A través de su red Truth Social, el mandatario instó: “ISRAEL. NO LANCES ESAS BOMBAS. SI LO HACEN, SERÁ UNA VIOLACIÓN GRAVE. ¡TRAIGAN A SUS PILOTOS A CASA, YA!”
Tras una llamada telefónica con Netanyahu, Trump anunció públicamente que Israel había decidido cancelar la ofensiva amplia y limitarse a un solo objetivo, una instalación de radar en Irán, según confirmaron los medios Haaretz y Axios. Pese a ello, minutos después de la conversación se reportaron explosiones en Teherán y en el norte iraní.
El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, reconoció que ordenó represalias inmediatas contra Teherán. Por su parte, las autoridades iraníes negaron estar detrás de los misiles señalados por Israel y rechazaron haber roto la tregua. De acuerdo a Israel, 20 misiles fueron lanzados por Irán hacia territorio israelí, causando la muerte de 5 personas y dejando más de 22 heridos en la ciudad de Beersheba; Irán informó a través de la agencia Tasnim que nueve ciudadanos murieron en el norte del país en ataques previos efectuados por Israel.
En las horas antes del alto el fuego, los bombardeos israelíes sobre Teherán y otras zonas alcanzaron una intensidad sin precedentes, con decenas de objetivos atacados, incluido un científico nuclear iraní, Mohammad Reza Seddighi Saber, asesinado en la residencia de sus padres. La cifra total de científicos nucleares muertos en los recientes ataques asciende por lo menos a 15.
El conflicto armado entre ambas naciones se había intensificado desde el pasado 13 de junio, cuando Israel inició la guerra con un ataque sorpresa. La noche anterior al acuerdo de alto el fuego, Israel lanzó uno de sus operativos aéreos más intensos en la capital iraní, y atacó bases de lanzamiento en el oeste del país. Aunque el gobierno israelí proclamó victoria tras reconocer la tregua 90 minutos después del anuncio de Trump, incidentes y amenazas cruzadas, como la advertencia del ministro de finanzas Bezalel Smotrich (“Teherán temblará”), continuaron.
El cese al fuego también fue precedido por un ataque iraní contra una base estadounidense en Qatar, en respuesta a la participación de Estados Unidos en la ofensiva israelí contra instalaciones nucleares iraníes. Irán notificó a Qatar antes del lanzamiento, y no se reportaron heridos, mostrando que la acción fue cuidadosamente coordinada para evitar una escalada mayor.
La situación derivó en una controversia política en Washington, al posponer la Casa Blanca los informes clasificados al Congreso sobre los recientes ataques, lo que motivó críticas del líder demócrata Chuck Schumer y de varios legisladores demócratas, quienes aseguran que la administración rompió la Ley de Poderes de Guerra al proceder sin previa consulta legislativa. Republicanos como Mike Johnson argumentaron, en cambio, que esa ley es inconstitucional y reafirmaron el rol del Presidente como Comandante en Jefe.
El liderazgo de Trump en la gestión del conflicto fue elogiado por su vicepresidente, J.D. Vance, y otros aliados políticos, quienes destacaron el enfoque de definir los intereses estadounidenses, negociar agresivamente y usar la fuerza según sea necesario. La candidatura de Trump al Premio Nobel de la Paz fue impulsada por legisladores republicanos.
En Gaza, el líder de la oposición israelí, Yair Lapid, pidió terminar también la guerra en ese territorio, que en 20 meses de ofensiva israelí ha causado la muerte de aproximadamente 56.000 palestinos.
Respecto al daño a la infraestructura nuclear iraní, Trump aseguró en redes sociales la “destrucción total” de los sitios iraníes, pero el director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, afirmó que no es posible verificar los daños subterráneos en la instalación de Fordow. El vicepresidente Vance añadió que Irán había quedado “incapaz de construir un arma nuclear con el equipo que tiene porque lo destruimos”, aunque asesores de Trump reconocieron en privado que, aunque Fordow no estuviera completamente destruida, la respuesta de Irán habría sido solo simbólica y se abría la posibilidad de una negociación directa, que encabezaría el enviado especial Steve Witkoff.
Se mantiene la tensión en la región, con ambos países oficialmente comprometidos al alto el fuego, mientras se esperan más clarificaciones sobre los resultados militares y un eventual diálogo directo entre Washington y Teherán.