El 23 de junio de 2025, Donald Trump anunció un cese al fuego entre Israel e Irán, con vigencia a partir de las 5 a.m. GMT del 24 de junio del mismo año, con el objetivo de detener la escalada militar tras ataques a instalaciones nucleares iraníes y semanas de conflicto. Sin embargo, aproximadamente dos horas y media luego de la entrada en vigor del acuerdo, Israel acusó a Irán de lanzar dos misiles balísticos hacia el norte israelí a las 10:30 a.m. (hora local), lo que llevó a la activación de sirenas de alerta alrededor de las 3:30 a.m. ET en el norte del país.
En respuesta, Donald Trump reaccionó con dureza a través de su plataforma Truth Social, exigiendo a Israel detener toda ofensiva aérea. Tras conversar con el primer ministro Benjamin Netanyahu, Trump aseguró que Israel no atacaría a Irán y que todos los aviones regresarían a sus bases, agregando que el cese al fuego seguía en vigor.
Sin embargo, minutos después, se registraron explosiones en Teherán y en el norte de Irán. El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, ordenó nuevos ataques contra objetivos en el corazón de Teherán, justificando la acción como represalia ante lo que consideró una violación del cese al fuego por parte de Irán.
Durante el conflicto iniciado el 13 de junio, habían muerto al menos 400 iraníes, incluyendo generales y científicos nucleares. En Beersheba, cinco israelíes perdieron la vida y más de 22 resultaron heridos como consecuencia de los ataques con misiles iraníes. Asimismo, la defensa antiaérea israelí interceptó dos misiles adicionales horas después de la supuesta ruptura del acuerdo. Irán, por su parte, negó haber transgredido el cese al fuego y responsabilizó a Israel de realizar tres ataques en su territorio tras el anuncio del acuerdo.
El cese al fuego fue percibido como un esfuerzo de Donald Trump para modificar el curso de la confrontación, aunque la implicación de Estados Unidos en el conflicto complicó aún más el panorama diplomático y aumentó la tensión regional.