El presidente colombiano Gustavo Petro, en un discurso ante una multitud durante la marcha del Día Internacional de los Trabajadores en Bogotá, declaró que Colombia romperá formalmente relaciones diplomáticas con Israel debido a las acciones del gobierno israelí en la Franja de Gaza, las cuales calificó de genocidas. Esta decisión marca un punto de inflexión en las hasta ahora cálidas relaciones entre ambos países, históricamente aliados cercanos en diversos ámbitos incluyendo la cooperación militar y el comercio.
Durante su discurso, Petro criticó duramente al gobierno de Israel por su manejo del conflicto con Hamas, describiendo las operaciones militares en Gaza como un acto de genocidio. Esta declaración sigue a otras acciones previas como la suspensión de la compra de armamento israelí y el retiro del embajador colombiano en Israel, evidenciando un enfriamiento progresivo en las relaciones bilaterales desde la elección de Petro, el primer presidente de izquierda en Colombia.
Las reacciones no se hicieron esperar, con el ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Yisrael Katz, respondiendo a los comentarios de Petro calificándolos de antisemitas y acusando al presidente colombiano de apoyar indirectamente a los "monstruos más despreciables de la humanidad". Katz enfatizó que Israel continuará defendiendo a sus ciudadanos sin temor a las repercusiones de decisiones como la tomada por Colombia.
Esta ruptura se da en un contexto en el que otros países latinoamericanos, como Bolivia y Nicaragua, también han tomado posturas críticas contra Israel debido a sus políticas en Gaza. Este movimiento de Petro parece alinearse con una ola más amplia de críticas y reevaluaciones de las relaciones con Israel por parte de varios gobiernos en la región.