El Juzgado 10 Penal Especializado de Bogotá ha dictado una sentencia de 12 años y 6 meses de prisión contra José Miguel Narváez Martínez, exsubdirector del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), por la tortura psicológica prolongada que sufrió la periodista Claudia Julieta Duque. La condena está relacionada con actos de tortura agravada y continuada que Duque soportó durante su investigación sobre la implicación de agentes estatales en el asesinato del humorista Jaime Garzón.
El tribunal también ha ordenado la compulsión de copias contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez, sugiriendo que se examinen posibles vínculos con los hechos denunciados. El fallo del tribunal subraya la gravedad de los actos de violencia de género que Duque enfrentó. La periodista fue objeto de persecución, amenazas y diversos actos de hostigamiento orquestados por Narváez, con el objetivo de intimidar y silenciar su labor investigativa.

Claudia Julieta Duque, una reconocida periodista de investigación, fue sometida a una intensa campaña de intimidación mientras trabajaba en el caso de Jaime Garzón, quien fue asesinado en 1999. Las investigaciones de Duque revelaron la posible participación de agentes del Estado en el crimen, lo que la convirtió en un objetivo de la intimidación sistemática perpetrada por Narváez.
El abuso psicológico incluyó seguimientos, amenazas de muerte, vigilancia constante y ataques a la integridad emocional y profesional de Duque, lo que afectó gravemente su vida personal y profesional. Estas acciones fueron consideradas por el tribunal como un ataque directo no solo a su integridad como informadora y defensora de los derechos humanos, sino también a su condición de mujer en un entorno predominantemente machista y hostil hacia las mujeres periodistas.
La decisión del tribunal en este caso es significativa, ya que reconoce explícitamente la dimensión de género de la violencia infligida a Duque, destacando la necesidad de proteger a las mujeres periodistas de tales agresiones. La sentencia contra Narváez representa un hito en la lucha por la justicia y la protección de los derechos humanos, enviando un mensaje claro sobre la intolerancia hacia cualquier forma de intimidación y violencia contra periodistas en el país.
El abogado de Duque destacó la importancia del fallo como un avance en el reconocimiento y condena de la violencia de género en Colombia, subrayando que "este fallo es un paso importante hacia la justicia y el reconocimiento de la violencia de género en el ámbito periodístico". Este caso también pone en discusión la responsabilidad de los altos mandos y la posible implicación de figuras políticas en la promoción y ejecución de actos de hostigamiento contra periodistas independientes y críticos del gobierno.
La gravedad de los actos cometidos por Narváez y la decisión del tribunal de compulsar copias para investigar al expresidente Uribe reflejan el compromiso de la justicia colombiana en erradicar la impunidad en casos de abuso de poder y violencia contra periodistas. El caso de Claudia Julieta Duque ha sido uno de los más destacados en el contexto de la defensa de la libertad de prensa en Colombia, sentando un precedente importante en la lucha contra la impunidad y la protección de los periodistas.