El 14 de abril de 2025, el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Ecuador oficializó los resultados de la segunda vuelta electoral, proclamando como presidente electo a Daniel Noboa, postulante por el partido Acción Democrática Nacional (ADN). Noboa obtuvo el 55,7% de los votos, superando a su contrincante Luisa González, representante del movimiento Revolución Ciudadana, quien recibió el 44,3%. La diferencia entre ambos candidatos supera el millón de votos, consolidando una victoria categórica para Noboa.
La jornada electoral contó con una participación del 83,76%, lo cual representa un aumento de tres puntos respecto a la primera vuelta celebrada en febrero de 2025. Con el cierre de los colegios electorales a las cinco de la tarde, el CNE estimó que el conteo de votos tardaría alrededor de tres horas, siendo posteriormente confirmada la tendencia irreversible.
Los resultados, sin embargo, han sido objeto de controversia. Luisa González denunció públicamente un presunto “fraude electoral grotesco” y anunció que pedirá un reconteo y la apertura de las urnas. Afirmó que el estado de excepción decretado por Noboa afectó las condiciones de participación de su electorado. Rafael Correa, expresidente y figura emblemática de la Revolución Ciudadana, también cuestionó los resultados, calificándolos de "imposibles".
Esta elección marcó la conclusión del mandato que Noboa asumió en 2023 para completar el periodo presidencial tras la disolución del Parlamento ordenada por Guillermo Lasso. En la primera vuelta de febrero, Noboa obtuvo apenas 17,000 votos más que González, en una contienda reñida que preparó el terreno para una segunda vuelta decisiva.
Durante la campaña, los temas principales fueron la violencia derivada del narcotráfico y la crisis económica que afecta al país. Noboa centró su discurso en la promesa de enfrentar con mano dura al crimen organizado, lo que le permitió captar el apoyo de sectores que temen un regreso del correísmo al poder. En contraste, González mantuvo un discurso que apelaba a la continuidad de los ideales promovidos por Correa, aunque sin resultados favorables en esta ocasión.
Los resultados fueron validados por la presidenta del CNE, Diana Atamaint, quien indicó que más del 90% de las actas escrutadas confirmaban una tendencia irreversible. Mientras Noboa celebraba lo que llamó “un cambio histórico” para el país, González siguió insistiendo en sus acusaciones de fraude, aunque no presentó pruebas concretas para sustentarlas.
En contexto, Noboa deberá enfrentar importantes desafíos, incluidos el control de la creciente ola de violencia vinculada al narcotráfico y la implementación de reformas económicas que promuevan la recuperación del país. Su gobierno inicia con miradas puestas tanto por parte de sus votantes como de sus detractores. La actual polarización política en Ecuador refleja un contexto complejo que el nuevo mandatario deberá gestionar desde su toma de posesión.
El nivel de participación electoral en esta segunda vuelta fue del 83,76%, un porcentaje notablemente alto, evidenciando el interés de los ecuatorianos en definir el futuro político del país.§