La NASA ha lanzado una iniciativa que podría redefinir los viajes aéreos internacionales, explorando la posibilidad de un avión de pasajeros que puede volar a velocidades supersónicas, específicamente, a aproximadamente 4.900 kilómetros por hora a nivel del mar. Este proyecto, que ha sido recibido con asombro y escepticismo en partes iguales, promete reducir drásticamente los tiempos de vuelo, haciendo que los viajes transcontinentales sean increíblemente rápidos y eficientes.
El concepto de vuelos de pasajeros supersónicos no es nuevo, pero ha sido objeto de renovado interés y exploración en los últimos años. La NASA ha estado en la vanguardia de esta exploración, investigando activamente las posibilidades y desafíos asociados con los vuelos supersónicos, desde la mitigación del ruido hasta la eficiencia del combustible y la seguridad del vuelo.
El proyecto, que ha sido bautizado como Quiet Supersonic Technology (QueSST), busca superar uno de los mayores desafíos de los vuelos supersónicos: el estruendoso boom sónico. Este fenómeno, que es notablemente ruidoso y puede ser perturbador, ha sido un obstáculo significativo en el desarrollo de aviones de pasajeros supersónicos en el pasado. La NASA está trabajando para desarrollar tecnología que pueda mitigar este boom sónico, haciendo que los vuelos supersónicos sean más aceptables para su uso sobre áreas pobladas.
La idea de reducir los tiempos de vuelo entre continentes a solo 90 minutos es fascinante y presenta una serie de posibilidades emocionantes para el futuro de los viajes aéreos. Sin embargo, el camino para hacer realidad esta visión está lleno de desafíos técnicos y regulatorios que deben ser superados para hacer que los vuelos supersónicos sean una realidad práctica y accesible.