El robo de petróleo ha ensombrecido la imagen de Ecopetrol, una de las empresas más grandes y representativas de Colombia. La magnitud del robo, que asciende a 360,000 millones de pesos, ha causado conmoción en el país y ha llevado a cuestionar la integridad y la gestión de la empresa estatal. Las investigaciones iniciales apuntan a una red de corrupción que involucra a funcionarios de alto rango dentro de la empresa y a contratistas externos.
El diario El País reveló que el robo se llevó a cabo a través de una serie de operaciones ilícitas que incluyen la adulteración de cifras y la manipulación de volúmenes de crudo. Estas operaciones fraudulentas permitieron desviar grandes cantidades de petróleo, generando enormes pérdidas para la empresa y, por ende, para el país.
Por otro lado, el portal Cambio Colombia tuvo acceso a audios, conversaciones de WhatsApp y facturas que avalan las sospechas de corrupción. Estos documentos evidencian que funcionarios de Ecopetrol y empleados de Sonoma, una de sus empresas contratistas, conformaron una red de tráfico de influencias que cobraba millonarias sumas para direccionar contratos. Esta confabulación entre trabajadores de ambas compañías tenía como objetivo amarrar la contratación y obtener beneficios económicos.
La Fiscalía y la oficina de control interno de Ecopetrol están al tanto de estos hechos desde hace meses. Sin embargo, a pesar de las evidencias y la gravedad del caso, no se han reportado avances significativos en las investigaciones. Esta situación ha generado descontento y preocupación entre la ciudadanía, que exige respuestas y acciones concretas frente al escándalo.