La Federación Internacional de Diabetes (IDF) oficializó el 8 de abril de 2025, en el Congreso Mundial de Diabetes celebrado en Bangkok, Tailandia, la diabetes tipo 5 como una entidad clínica diferenciada dentro de los tipos de diabetes. Esta nueva clasificación responde a evidencia acumulada sobre la diabetes asociada a malnutrición, la cual afecta entre 20 y 25 millones de personas en todo el mundo, siendo más común en países de ingresos bajos y medios.
La diabetes tipo 5 se caracteriza por un déficit en la producción de insulina y baja masa corporal, pero sin la resistencia a la insulina propia de la diabetes tipo 2. Suele estar vinculada a una falta de desarrollo adecuado del páncreas debido a condiciones de desnutrición durante la infancia. Clínicamente, pacientes con este tipo de diabetes muestran hiperglucemia y requieren insulina, aunque a diferencia de la diabetes tipo 1, no presentan cetonuria ni cetoacidosis, lo que conduce con frecuencia a un diagnóstico erróneo.
El primer informe de diabetes relacionada con malnutrición data de 1955 en Jamaica. Posteriormente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la clasificó como categoría independiente en 1985, pero fue removida en 1999 por insuficiencia de evidencia. Los recientes avances retomaron el análisis clínico y metabólico: en 2022, un estudio con 73 hombres indios identificó a 20 de ellos con diabetes tipo 5, quienes exhibieron secreción total de insulina y producción de glucosa endógena significativamente más bajas que los demás grupos estudiados.
Actualmente, no existen guías terapéuticas consolidadas para el manejo de esta condición. Sin embargo, la evidencia sugiere que el tratamiento debe incluir pequeñas dosis de insulina en combinación con agentes orales, una dieta rica en proteínas y baja en carbohidratos, y la atención específica a deficiencias de micronutrientes.
La IDF ha encomendado a un grupo de trabajo el desarrollo de protocolos diagnósticos y terapéuticos formales para la diabetes tipo 5, con el objetivo de publicarlos en un plazo de dos años. Esta decisión ocurre en el contexto de la actual clasificación internacional, que distingue además la diabetes tipo 1 (autoinmune), tipo 2 (resistencia a la insulina y obesidad), gestacional, neonatal y MODY (de causas genéticas) y tipo 3c (por daño pancreático).
La nueva categoría busca permitir una mejor identificación y tratamiento específico para esta enfermedad, priorizando su manejo en los contextos más afectados por la malnutrición y mejorando el acceso a intervenciones adaptadas a las necesidades de estas poblaciones vulnerables.