Mundo

Hallan un presunto “campo de exterminio” en Jalisco, México, con decenas de restos humanos y objetos personales

Un macabro hallazgo en un rancho abandonado de la comunidad de La Estanzuela, a las afueras de Guadalajara, estado de Jalisco, México, reveló la presencia de tres hornos de cremación subterráneos, restos humanos calcinados y cientos de objetos personales. Autoridades e investigadores trabajan para esclarecer el uso y responsabilidad detrás de este lugar.

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Hallan un presunto “campo de exterminio” en Jalisco, México, con decenas de restos humanos y objetos personales

Un macabro hallazgo en un rancho abandonado de la comunidad de La Estanzuela, a las afueras de Guadalajara, estado de Jalisco, México, reveló la presencia de tres hornos de cremación subterráneos, restos humanos calcinados y cientos de objetos personales. Autoridades e investigadores trabajan para esclarecer el uso y responsabilidad detrás de este lugar.

“La cantidad de víctimas que presumiblemente podrían haber sido enterradas allí es enorme”

– Dijo Eduardo Guerrero, analista de seguridad con sede en Ciudad de México.

18/3/2025

Un grupo de voluntarios, integrantes del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, descubrió un sitio que han denominado como "campo de exterminio" en un rancho abandonado de La Estanzuela, una localidad rural cercana a Guadalajara, en el estado de Jalisco, México. Mientras buscaban a familiares desaparecidos tras una pista recibida la semana pasada, los voluntarios hallaron tres hornos crematorios subterráneos, restos humanos quemados, más de 200 zapatos apilados y aproximadamente 700 artículos personales, incluidos ropa, mochilas, cuadernos y objetos relacionados con rituales religiosos, como figuras de la Santa Muerte.

El sitio también contenía 96 casquillos de bala de varios calibres y argollas metálicas, según detallaron las autoridades mexicanas en un comunicado. A pesar del importante hallazgo, aún no se ha identificado el número de víctimas, ni se tiene información sobre quién operaba el lugar o el tiempo que estuvo en funcionamiento. La Fiscalía General del Estado inició formalmente las investigaciones, lideradas tras una petición de la presidenta Claudia Sheinbaum, para esclarecer los hechos. Este hallazgo ha conmocionado al país, acostumbrado a una ola de violencia persistente relacionada con el crimen organizado.


Imágenes registradas por las autoridades y Guerreros Buscadores de Jalisco exhiben algunas de las evidencias encontradas, incluidas las pilas de zapatos y ropa, que parecen dar testimonio de la magnitud de los crímenes cometidos en el rancho. Indira Navarro, líder del colectivo, compartió a medios locales que recibieron testimonios de personas que aseguran haber sido llevadas a este sitio donde fueron sometidas a capacitación en armas y tortura antes de ser obligadas a incinerar víctimas. De acuerdo con los testimonios, el campamento era utilizado además como lugar para ejecutar y desaparecer a las personas.

La institución dirigida por el fiscal general del estado, Salvador González, había inspeccionado el sitio previamente, en septiembre de 2022, cuando se localizó un cuerpo envuelto en plástico, armas, fragmentos de huesos y se rescataron a dos secuestrados. Sin embargo, aquella investigación fue suspendida por razones aún desconocidas, lo que ha generado preguntas sobre la capacidad y voluntad de las autoridades locales respecto a este caso. En una conferencia de prensa, Sheinbaum comentó que es “inverosímil” que las autoridades municipales y estatales no estuvieran al tanto de la actividad en el lugar, sugiriendo posibles omisiones graves en la investigación previa.

El presunto vínculo de este rancho con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), identificado como una de las organizaciones criminales más violentas y poderosas de México, eleva las sospechas sobre las actividades clandestinas de este grupo, que no solo se dedica al tráfico de drogas sintéticas como fentanilo y metanfetaminas, sino también a la trata de personas, extorsión y otros delitos organizados. Su control sobre partes del territorio de Jalisco ha coincidido con un aumento exacerbado de homicidios, desapariciones y la aparición de fosas clandestinas.

México, donde más de 120,000 personas están oficialmente reportadas como desaparecidas desde 1962, enfrenta críticas tanto nacionales como internacionales debido a la impunidad y sistemática violencia ligada a los cárteles. Este hallazgo evidencia el alcance de las atrocidades en el país y renueva los llamados de organizaciones de derechos humanos para que las autoridades implementen estrategias eficaces contra el crimen organizado.

Además, el macabro descubrimiento ocurre en un contexto de presión internacional. En los últimos años, la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum ha recibido fuertes demandas de Estados Unidos para intensificar las acciones contra los cárteles. El presidente Donald Trump llegó a amenazar con la imposición de aranceles y una eventual intervención militar estadounidense si el gobierno mexicano no abordaba con mayor firmeza el crimen organizado.

Aunque el gobierno promete una investigación exhaustiva, el descubrimiento no hace más que subrayar los retos que enfrenta frente a un tejido social y de seguridad colapsado. Los testimonios recabados, que incluso relatan la utilización de animales salvajes como leones para castigar a los reclutas que mostraban resistencia, refuerzan la naturaleza sistemática y aterradora de las prácticas vinculadas al crimen organizado en esta región.

Algo Curioso

“La cantidad de víctimas que presumiblemente podrían haber sido enterradas allí es enorme”

– Dijo Eduardo Guerrero, analista de seguridad con sede en Ciudad de México.

Mar 18, 2025
Colglobal News

Un grupo de voluntarios, integrantes del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, descubrió un sitio que han denominado como "campo de exterminio" en un rancho abandonado de La Estanzuela, una localidad rural cercana a Guadalajara, en el estado de Jalisco, México. Mientras buscaban a familiares desaparecidos tras una pista recibida la semana pasada, los voluntarios hallaron tres hornos crematorios subterráneos, restos humanos quemados, más de 200 zapatos apilados y aproximadamente 700 artículos personales, incluidos ropa, mochilas, cuadernos y objetos relacionados con rituales religiosos, como figuras de la Santa Muerte.

El sitio también contenía 96 casquillos de bala de varios calibres y argollas metálicas, según detallaron las autoridades mexicanas en un comunicado. A pesar del importante hallazgo, aún no se ha identificado el número de víctimas, ni se tiene información sobre quién operaba el lugar o el tiempo que estuvo en funcionamiento. La Fiscalía General del Estado inició formalmente las investigaciones, lideradas tras una petición de la presidenta Claudia Sheinbaum, para esclarecer los hechos. Este hallazgo ha conmocionado al país, acostumbrado a una ola de violencia persistente relacionada con el crimen organizado.


Imágenes registradas por las autoridades y Guerreros Buscadores de Jalisco exhiben algunas de las evidencias encontradas, incluidas las pilas de zapatos y ropa, que parecen dar testimonio de la magnitud de los crímenes cometidos en el rancho. Indira Navarro, líder del colectivo, compartió a medios locales que recibieron testimonios de personas que aseguran haber sido llevadas a este sitio donde fueron sometidas a capacitación en armas y tortura antes de ser obligadas a incinerar víctimas. De acuerdo con los testimonios, el campamento era utilizado además como lugar para ejecutar y desaparecer a las personas.

La institución dirigida por el fiscal general del estado, Salvador González, había inspeccionado el sitio previamente, en septiembre de 2022, cuando se localizó un cuerpo envuelto en plástico, armas, fragmentos de huesos y se rescataron a dos secuestrados. Sin embargo, aquella investigación fue suspendida por razones aún desconocidas, lo que ha generado preguntas sobre la capacidad y voluntad de las autoridades locales respecto a este caso. En una conferencia de prensa, Sheinbaum comentó que es “inverosímil” que las autoridades municipales y estatales no estuvieran al tanto de la actividad en el lugar, sugiriendo posibles omisiones graves en la investigación previa.

El presunto vínculo de este rancho con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), identificado como una de las organizaciones criminales más violentas y poderosas de México, eleva las sospechas sobre las actividades clandestinas de este grupo, que no solo se dedica al tráfico de drogas sintéticas como fentanilo y metanfetaminas, sino también a la trata de personas, extorsión y otros delitos organizados. Su control sobre partes del territorio de Jalisco ha coincidido con un aumento exacerbado de homicidios, desapariciones y la aparición de fosas clandestinas.

México, donde más de 120,000 personas están oficialmente reportadas como desaparecidas desde 1962, enfrenta críticas tanto nacionales como internacionales debido a la impunidad y sistemática violencia ligada a los cárteles. Este hallazgo evidencia el alcance de las atrocidades en el país y renueva los llamados de organizaciones de derechos humanos para que las autoridades implementen estrategias eficaces contra el crimen organizado.

Además, el macabro descubrimiento ocurre en un contexto de presión internacional. En los últimos años, la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum ha recibido fuertes demandas de Estados Unidos para intensificar las acciones contra los cárteles. El presidente Donald Trump llegó a amenazar con la imposición de aranceles y una eventual intervención militar estadounidense si el gobierno mexicano no abordaba con mayor firmeza el crimen organizado.

Aunque el gobierno promete una investigación exhaustiva, el descubrimiento no hace más que subrayar los retos que enfrenta frente a un tejido social y de seguridad colapsado. Los testimonios recabados, que incluso relatan la utilización de animales salvajes como leones para castigar a los reclutas que mostraban resistencia, refuerzan la naturaleza sistemática y aterradora de las prácticas vinculadas al crimen organizado en esta región.

Un grupo de voluntarios, integrantes del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, descubrió un sitio que han denominado como "campo de exterminio" en un rancho abandonado de La Estanzuela, una localidad rural cercana a Guadalajara, en el estado de Jalisco, México. Mientras buscaban a familiares desaparecidos tras una pista recibida la semana pasada, los voluntarios hallaron tres hornos crematorios subterráneos, restos humanos quemados, más de 200 zapatos apilados y aproximadamente 700 artículos personales, incluidos ropa, mochilas, cuadernos y objetos relacionados con rituales religiosos, como figuras de la Santa Muerte.

El sitio también contenía 96 casquillos de bala de varios calibres y argollas metálicas, según detallaron las autoridades mexicanas en un comunicado. A pesar del importante hallazgo, aún no se ha identificado el número de víctimas, ni se tiene información sobre quién operaba el lugar o el tiempo que estuvo en funcionamiento. La Fiscalía General del Estado inició formalmente las investigaciones, lideradas tras una petición de la presidenta Claudia Sheinbaum, para esclarecer los hechos. Este hallazgo ha conmocionado al país, acostumbrado a una ola de violencia persistente relacionada con el crimen organizado.


Imágenes registradas por las autoridades y Guerreros Buscadores de Jalisco exhiben algunas de las evidencias encontradas, incluidas las pilas de zapatos y ropa, que parecen dar testimonio de la magnitud de los crímenes cometidos en el rancho. Indira Navarro, líder del colectivo, compartió a medios locales que recibieron testimonios de personas que aseguran haber sido llevadas a este sitio donde fueron sometidas a capacitación en armas y tortura antes de ser obligadas a incinerar víctimas. De acuerdo con los testimonios, el campamento era utilizado además como lugar para ejecutar y desaparecer a las personas.

La institución dirigida por el fiscal general del estado, Salvador González, había inspeccionado el sitio previamente, en septiembre de 2022, cuando se localizó un cuerpo envuelto en plástico, armas, fragmentos de huesos y se rescataron a dos secuestrados. Sin embargo, aquella investigación fue suspendida por razones aún desconocidas, lo que ha generado preguntas sobre la capacidad y voluntad de las autoridades locales respecto a este caso. En una conferencia de prensa, Sheinbaum comentó que es “inverosímil” que las autoridades municipales y estatales no estuvieran al tanto de la actividad en el lugar, sugiriendo posibles omisiones graves en la investigación previa.

El presunto vínculo de este rancho con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), identificado como una de las organizaciones criminales más violentas y poderosas de México, eleva las sospechas sobre las actividades clandestinas de este grupo, que no solo se dedica al tráfico de drogas sintéticas como fentanilo y metanfetaminas, sino también a la trata de personas, extorsión y otros delitos organizados. Su control sobre partes del territorio de Jalisco ha coincidido con un aumento exacerbado de homicidios, desapariciones y la aparición de fosas clandestinas.

México, donde más de 120,000 personas están oficialmente reportadas como desaparecidas desde 1962, enfrenta críticas tanto nacionales como internacionales debido a la impunidad y sistemática violencia ligada a los cárteles. Este hallazgo evidencia el alcance de las atrocidades en el país y renueva los llamados de organizaciones de derechos humanos para que las autoridades implementen estrategias eficaces contra el crimen organizado.

Además, el macabro descubrimiento ocurre en un contexto de presión internacional. En los últimos años, la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum ha recibido fuertes demandas de Estados Unidos para intensificar las acciones contra los cárteles. El presidente Donald Trump llegó a amenazar con la imposición de aranceles y una eventual intervención militar estadounidense si el gobierno mexicano no abordaba con mayor firmeza el crimen organizado.

Aunque el gobierno promete una investigación exhaustiva, el descubrimiento no hace más que subrayar los retos que enfrenta frente a un tejido social y de seguridad colapsado. Los testimonios recabados, que incluso relatan la utilización de animales salvajes como leones para castigar a los reclutas que mostraban resistencia, refuerzan la naturaleza sistemática y aterradora de las prácticas vinculadas al crimen organizado en esta región.

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