Colombia, reconocida por su abundante biodiversidad, ha despertado un notable interés en el ámbito de la biotecnología, especialmente en la investigación de hongos. A pesar de este interés, el país se enfrenta a desafíos regulatorios y trabas en la investigación que impiden que este mercado alcance su máximo potencial, similar al auge que experimentó el cannabis. Los principales desafíos para el negocio de hongos en Colombia radican en la falta de regulaciones específicas, la necesidad de obtener permisos para la investigación, las dificultades en la comercialización y la percepción limitada de los hongos en la sociedad.
Estos obstáculos representan barreras significativas para el desarrollo y crecimiento del negocio de hongos en Colombia, tanto desde el punto de vista académico como empresarial. Sin embargo, el potencial es inmenso. Solo el mercado de hongos comestibles en Latinoamérica podría expandirse a US$6.350 millones en 2030, desde los US$4.110 millones registrados en 2018, según cifras del portal Statista.
China se destaca actualmente como uno de los líderes globales en este sector, dominando tanto en producción como en exportación de hongos silvestres comestibles. En Colombia, el camino entre la investigación y la comercialización es extenso, y las empresas suelen invertir grandes sumas en procesos que, según los investigadores, ya han sido demostrados a nivel mundial.
En el país, existen barreras incluso para estudiar las especies nativas, sin considerar su comercialización. Aunque las universidades cuentan con un permiso general otorgado por el Ministerio de Medio Ambiente y la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla), se requieren trámites adicionales para la recolección de especímenes nativos y otros estudios de bioprospección.