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Israel Emplea Inteligencia Artificial en Gaza: 37,000 Objetivos de Hamas y Civiles en el Punto de Mira

En el reciente conflicto de Gaza, Israel ha utilizado un sistema de inteligencia artificial, denominado Lavender, para identificar más de 37,000 objetivos de Hamas. La revelación de esta tecnología ha generado un intenso debate.

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Israel Emplea Inteligencia Artificial en Gaza: 37,000 Objetivos de Hamas y Civiles en el Punto de Mira

En el reciente conflicto de Gaza, Israel ha utilizado un sistema de inteligencia artificial, denominado Lavender, para identificar más de 37,000 objetivos de Hamas. La revelación de esta tecnología ha generado un intenso debate.

“La máquina lo hizo fríamente. Y eso lo hizo más fácil”

- Comentó un oficial de inteligencia que usó Lavender.

3/4/2024

La campaña de bombardeos del ejército israelí en Gaza ha sido impulsada por una base de datos alimentada por inteligencia artificial (IA), conocida como Lavender, que identificó 37,000 posibles objetivos vinculados a Hamas. Este sistema ha sido fundamental en el conflicto, permitiendo una rápida identificación de operativos "junior" para ser atacados. Sin embargo, este uso pionero de sistemas de IA en combate ha levantado serias preguntas legales y morales, transformando profundamente la relación entre el personal militar y la tecnología.

Los oficiales de inteligencia israelíes involucrados en el conflicto han proporcionado un testimonio inusualmente franco sobre su experiencia con Lavender, destacando su eficiencia pero también la preocupación por la reducida participación humana en la toma de decisiones. A medida que el conflicto se prolongaba, se confió cada vez más en Lavender para procesar grandes volúmenes de datos y seleccionar rápidamente a los potenciales objetivos.

A pesar de la eficacia técnica reportada, el empleo de Lavender ha conllevado una polémica estrategia de bombardeo. Se informó que, en las primeras etapas de la guerra, el sistema identificó a decenas de miles de hombres palestinos vinculados a Hamas o al Yihad Islámico Palestino (PIJ), lo que llevó a una serie de ataques que han sido criticados por su alto coste humano.

El uso de Lavender ha intensificado el debate sobre la guerra y la tecnología, poniendo en relieve la tensión entre la necesidad de seguridad nacional y la protección de los derechos humanos. La IA, con su capacidad para procesar y analizar grandes cantidades de datos rápidamente, ha ofrecido a Israel una herramienta sin precedentes en la guerra contra Hamas, pero también ha traído consigo desafíos éticos y legales significativos.

Algo Curioso
La IA en el contexto militar ha evolucionado rápidamente, con sistemas que pueden realizar tareas que van desde el análisis de datos hasta la selección de objetivos. Sin embargo, el debate sobre su uso ético y las consecuencias de su dependencia en la toma de decisiones críticas sigue siendo un tema de intensa discusión a nivel mundial.

Escalada y Consecuencias: El Costo Humano de la Estrategia Militar

La operación militar de Israel en Gaza, marcada por el uso del sistema Lavender, ha llevado a un devastador impacto en la población civil. Durante los primeros meses de conflicto, se registraron autorizaciones para atacar objetivos de bajo rango, permitiendo bajas civiles que en algunos casos alcanzaron cifras de hasta 20 personas por ataque. Estas acciones han sido justificadas por algunos oficiales como una necesidad operativa, dada la integración de combatientes de Hamas entre la población civil, lo que ha dificultado la distinción entre combatientes y no combatientes.

El Ministerio de Salud de Gaza ha informado que, en los seis meses transcurridos desde el inicio de la guerra, aproximadamente 33,000 palestinos han perdido la vida. Estas cifras han causado alarma a nivel internacional, y han llevado a un escrutinio más riguroso sobre los métodos de selección de objetivos de Israel y su justificación para las elevadas tasas de bajas civiles.

El uso de municiones no guiadas, o “bombas tontas”, para atacar estos objetivos ha sido una práctica común, resultando en la destrucción completa de edificaciones y la pérdida de vidas de todos sus ocupantes. Esto ha generado críticas sobre el valor que se le da a la vida humana en el marco de la operación militar, y ha planteado serios cuestionamientos sobre la proporcionalidad y la ética en la conducción de la guerra.

El alto número de víctimas incluye a trabajadores de la ayuda humanitaria, como se evidenció en el ataque que mató a siete miembros del personal de la cocina central mundial (World Central Kitchen) en Gaza. Este incidente, junto con otros ataques que han causado numerosas bajas civiles, ha intensificado el debate sobre la responsabilidad y la rendición de cuentas en el uso de tecnologías avanzadas en conflictos armados.

Inteligencia Artificial en el Campo de Batalla: Innovación y Controversia

Las startups israelíes han sido pioneras en el desarrollo de tecnologías militares de inteligencia artificial (IA), algunas de las cuales han sido probadas en el conflicto actual. Estas compañías, como Axon Vision y Asio Technologies, han desarrollado sistemas avanzados que mejoran la eficiencia y precisión en el campo de batalla. Por ejemplo, Edge 360 de Axon Vision, un sistema de cámara AI en vehículos blindados, ayuda a identificar amenazas multidireccionales, acelerando así la toma de decisiones de los soldados.

Además, el interés internacional en la tecnología militar israelí ha crecido, con países asiáticos mostrando inclinación a adquirir estas innovaciones. Sin embargo, el enfoque en la exportación de tecnología militar AI ha generado preocupaciones éticas globales, particularmente sobre el desarrollo de sistemas de armas autónomas letales y el potencial de una carrera armamentística en tecnologías autónomas.

La adopción de sistemas como el “Gospel” por parte del ejército israelí, que facilita la selección automatizada de objetivos, ha llevado a críticas sobre la "fabricación en masa de objetivos", enfocándose más en la cantidad que en la calidad de los objetivos seleccionados. Este enfoque ha sido cuestionado tanto por expertos en IA como por oficiales militares, quienes argumentan que la dependencia excesiva de la tecnología puede deshumanizar el proceso de guerra y llevar a un aumento en las bajas civiles.

La guerra en Gaza ha demostrado ser un campo de prueba para la IA militar, revelando tanto sus capacidades como sus limitaciones. Mientras que algunos defienden el uso de la IA por su capacidad para procesar grandes volúmenes de información y facilitar decisiones rápidas, otros argumentan que el juicio humano es insustituible, especialmente cuando se trata de decisiones que afectan vidas humanas.

La complejidad de la guerra urbana en Gaza, donde los combatientes de Hamas están entrelazados con la población civil, ha planteado desafíos significativos para el ejército israelí en su esfuerzo por minimizar las bajas civiles mientras ataca objetivos militares. Este dilema subraya la dificultad de aplicar tecnologías avanzadas en un entorno de combate altamente volátil y moralmente complejo.

“La máquina lo hizo fríamente. Y eso lo hizo más fácil”

- Comentó un oficial de inteligencia que usó Lavender.

Apr 3, 2024
Colglobal News

La campaña de bombardeos del ejército israelí en Gaza ha sido impulsada por una base de datos alimentada por inteligencia artificial (IA), conocida como Lavender, que identificó 37,000 posibles objetivos vinculados a Hamas. Este sistema ha sido fundamental en el conflicto, permitiendo una rápida identificación de operativos "junior" para ser atacados. Sin embargo, este uso pionero de sistemas de IA en combate ha levantado serias preguntas legales y morales, transformando profundamente la relación entre el personal militar y la tecnología.

Los oficiales de inteligencia israelíes involucrados en el conflicto han proporcionado un testimonio inusualmente franco sobre su experiencia con Lavender, destacando su eficiencia pero también la preocupación por la reducida participación humana en la toma de decisiones. A medida que el conflicto se prolongaba, se confió cada vez más en Lavender para procesar grandes volúmenes de datos y seleccionar rápidamente a los potenciales objetivos.

A pesar de la eficacia técnica reportada, el empleo de Lavender ha conllevado una polémica estrategia de bombardeo. Se informó que, en las primeras etapas de la guerra, el sistema identificó a decenas de miles de hombres palestinos vinculados a Hamas o al Yihad Islámico Palestino (PIJ), lo que llevó a una serie de ataques que han sido criticados por su alto coste humano.

El uso de Lavender ha intensificado el debate sobre la guerra y la tecnología, poniendo en relieve la tensión entre la necesidad de seguridad nacional y la protección de los derechos humanos. La IA, con su capacidad para procesar y analizar grandes cantidades de datos rápidamente, ha ofrecido a Israel una herramienta sin precedentes en la guerra contra Hamas, pero también ha traído consigo desafíos éticos y legales significativos.

La campaña de bombardeos del ejército israelí en Gaza ha sido impulsada por una base de datos alimentada por inteligencia artificial (IA), conocida como Lavender, que identificó 37,000 posibles objetivos vinculados a Hamas. Este sistema ha sido fundamental en el conflicto, permitiendo una rápida identificación de operativos "junior" para ser atacados. Sin embargo, este uso pionero de sistemas de IA en combate ha levantado serias preguntas legales y morales, transformando profundamente la relación entre el personal militar y la tecnología.

Los oficiales de inteligencia israelíes involucrados en el conflicto han proporcionado un testimonio inusualmente franco sobre su experiencia con Lavender, destacando su eficiencia pero también la preocupación por la reducida participación humana en la toma de decisiones. A medida que el conflicto se prolongaba, se confió cada vez más en Lavender para procesar grandes volúmenes de datos y seleccionar rápidamente a los potenciales objetivos.

A pesar de la eficacia técnica reportada, el empleo de Lavender ha conllevado una polémica estrategia de bombardeo. Se informó que, en las primeras etapas de la guerra, el sistema identificó a decenas de miles de hombres palestinos vinculados a Hamas o al Yihad Islámico Palestino (PIJ), lo que llevó a una serie de ataques que han sido criticados por su alto coste humano.

El uso de Lavender ha intensificado el debate sobre la guerra y la tecnología, poniendo en relieve la tensión entre la necesidad de seguridad nacional y la protección de los derechos humanos. La IA, con su capacidad para procesar y analizar grandes cantidades de datos rápidamente, ha ofrecido a Israel una herramienta sin precedentes en la guerra contra Hamas, pero también ha traído consigo desafíos éticos y legales significativos.

Algo Curioso
La IA en el contexto militar ha evolucionado rápidamente, con sistemas que pueden realizar tareas que van desde el análisis de datos hasta la selección de objetivos. Sin embargo, el debate sobre su uso ético y las consecuencias de su dependencia en la toma de decisiones críticas sigue siendo un tema de intensa discusión a nivel mundial.

Escalada y Consecuencias: El Costo Humano de la Estrategia Militar

La operación militar de Israel en Gaza, marcada por el uso del sistema Lavender, ha llevado a un devastador impacto en la población civil. Durante los primeros meses de conflicto, se registraron autorizaciones para atacar objetivos de bajo rango, permitiendo bajas civiles que en algunos casos alcanzaron cifras de hasta 20 personas por ataque. Estas acciones han sido justificadas por algunos oficiales como una necesidad operativa, dada la integración de combatientes de Hamas entre la población civil, lo que ha dificultado la distinción entre combatientes y no combatientes.

El Ministerio de Salud de Gaza ha informado que, en los seis meses transcurridos desde el inicio de la guerra, aproximadamente 33,000 palestinos han perdido la vida. Estas cifras han causado alarma a nivel internacional, y han llevado a un escrutinio más riguroso sobre los métodos de selección de objetivos de Israel y su justificación para las elevadas tasas de bajas civiles.

El uso de municiones no guiadas, o “bombas tontas”, para atacar estos objetivos ha sido una práctica común, resultando en la destrucción completa de edificaciones y la pérdida de vidas de todos sus ocupantes. Esto ha generado críticas sobre el valor que se le da a la vida humana en el marco de la operación militar, y ha planteado serios cuestionamientos sobre la proporcionalidad y la ética en la conducción de la guerra.

El alto número de víctimas incluye a trabajadores de la ayuda humanitaria, como se evidenció en el ataque que mató a siete miembros del personal de la cocina central mundial (World Central Kitchen) en Gaza. Este incidente, junto con otros ataques que han causado numerosas bajas civiles, ha intensificado el debate sobre la responsabilidad y la rendición de cuentas en el uso de tecnologías avanzadas en conflictos armados.

Inteligencia Artificial en el Campo de Batalla: Innovación y Controversia

Las startups israelíes han sido pioneras en el desarrollo de tecnologías militares de inteligencia artificial (IA), algunas de las cuales han sido probadas en el conflicto actual. Estas compañías, como Axon Vision y Asio Technologies, han desarrollado sistemas avanzados que mejoran la eficiencia y precisión en el campo de batalla. Por ejemplo, Edge 360 de Axon Vision, un sistema de cámara AI en vehículos blindados, ayuda a identificar amenazas multidireccionales, acelerando así la toma de decisiones de los soldados.

Además, el interés internacional en la tecnología militar israelí ha crecido, con países asiáticos mostrando inclinación a adquirir estas innovaciones. Sin embargo, el enfoque en la exportación de tecnología militar AI ha generado preocupaciones éticas globales, particularmente sobre el desarrollo de sistemas de armas autónomas letales y el potencial de una carrera armamentística en tecnologías autónomas.

La adopción de sistemas como el “Gospel” por parte del ejército israelí, que facilita la selección automatizada de objetivos, ha llevado a críticas sobre la "fabricación en masa de objetivos", enfocándose más en la cantidad que en la calidad de los objetivos seleccionados. Este enfoque ha sido cuestionado tanto por expertos en IA como por oficiales militares, quienes argumentan que la dependencia excesiva de la tecnología puede deshumanizar el proceso de guerra y llevar a un aumento en las bajas civiles.

La guerra en Gaza ha demostrado ser un campo de prueba para la IA militar, revelando tanto sus capacidades como sus limitaciones. Mientras que algunos defienden el uso de la IA por su capacidad para procesar grandes volúmenes de información y facilitar decisiones rápidas, otros argumentan que el juicio humano es insustituible, especialmente cuando se trata de decisiones que afectan vidas humanas.

La complejidad de la guerra urbana en Gaza, donde los combatientes de Hamas están entrelazados con la población civil, ha planteado desafíos significativos para el ejército israelí en su esfuerzo por minimizar las bajas civiles mientras ataca objetivos militares. Este dilema subraya la dificultad de aplicar tecnologías avanzadas en un entorno de combate altamente volátil y moralmente complejo.

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