Meena Mehta, quien se desempeñaba como jefa administrativa de la New Greenfields School en Kalkaji, dejó un legado de vida tras su muerte al donar sus órganos, incluidas sus manos, riñones, hígado y córneas, beneficiando a múltiples pacientes en necesidad crítica de trasplantes. Este noble acto no solo subraya la importancia de la donación de órganos sino que también pone de manifiesto la diferencia significativa que una sola persona puede marcar en la vida de muchos. La donación de Mehta permitió realizar el primer trasplante bilateral de manos en el norte de la India en el Hospital Sir Ganga Ram, marcando un hito en la medicina de trasplantes de la región.
Un equipo médico, liderado por el Dr. Mahesh Mangal, llevó a cabo la compleja cirugía de más de 12 horas, demostrando un nivel excepcional de habilidad y compromiso. La operación involucró la delicada tarea de reanudar componentes críticos como huesos, arterias, venas, tendones, músculos, nervios y piel, lo cual no solo requería precisión sino también una profunda comprensión de la anatomía humana y la capacidad de realizar ajustes en tiempo real para asegurar la integración exitosa de las manos trasplantadas al cuerpo del receptor, Rahul, quien había perdido ambas manos en un trágico accidente.

Raj Kumar, un pintor de 45 años, experimentó una transformación de vida después de recibir las manos de Mehta. Antes del trasplante, Kumar había intentado usar prótesis sin éxito, enfrentándose a la perspectiva de vivir el resto de su vida sin sus manos. La donación de Mehta y el subsiguiente trasplante no solo le devolvieron la esperanza sino que también le proporcionaron una segunda oportunidad de vivir una vida plena y funcional. Este procedimiento no solo destaca los avances médicos en el campo de los trasplantes sino que también enfatiza la humanidad y el potencial de recuperación que la medicina puede ofrecer.
El éxito de esta cirugía subraya la importancia de la donación de órganos y cómo puede transformar vidas de manera significativa. Además, establece un precedente para futuras operaciones de trasplante en el norte de la India y posiblemente en todo el país, abriendo nuevas puertas para aquellos en espera de trasplantes vitales. La historia de Mehta y Kumar resalta la interconexión de la vida humana y cómo, incluso en la muerte, podemos dar vida y esperanza a otros.