El pasado jueves, un suceso conmovedor tuvo lugar cerca de Dunsborough, en la costa occidental de Australia, donde más de 160 ballenas piloto fueron encontradas varadas en la playa de Toby’s Inlet. La rápida respuesta de cientos de voluntarios y expertos en vida marina permitió que más de 130 ballenas fueran devueltas al océano, pese a que 29 de ellas murieron en el incidente. Ian Wiese, investigador local de ballenas, destacó la magnitud del esfuerzo y el impacto emocional de la escena, con muchas de las ballenas agrupadas tan cerca que apenas podían moverse.

Las operaciones de rescate incluyeron vigilancia aérea mediante aviones y drones para asegurarse de que las ballenas no regresaran a la playa. A pesar de los esfuerzos, la tragedia no pudo evitarse completamente, con algunas ballenas falleciendo debido a la deshidratación y el estrés del varado. Este tipo de incidentes plantea desafíos significativos para los rescatistas, incluyendo cómo manejar adecuadamente la salud y el bienestar de los mamíferos marinos durante el rescate.