En septiembre de 2023, la Junta Directiva del Banco de la República de Colombia podría acelerar el ritmo de los recortes de tasas de interés tras una inflación anual registrada en julio de 6.86%. Aunque esta cifra representa una mejora, sigue siendo considerablemente superior al objetivo del Banco.
Desde septiembre del año anterior, la Junta ha venido reduciendo paulatinamente las tasas de interés, comenzando con una reducción inicial de 25 puntos básicos y acelerando a 50 puntos básicos por reunión a partir de enero. Ahora, se anticipa una posible reducción de 75 puntos básicos en la próxima reunión programada para septiembre.
Expertos como Sergio Olarte de Scotiabank recomiendan cautela. Olarte subraya que la disminución de la inflación ha sido lenta y existe el riesgo de un aumento en la tasa de cambio, lo que podría tener repercusiones económicas importantes. Por otro lado, Daniel Velandia, director de Investigaciones Económicas en Credicorp Capital, señala su preocupación por la inflación de servicios, que actualmente se sitúa en 8%, así como por las inflaciones núcleo que rondan el 6%.
Velandia también destacó la influencia de la política monetaria de la Reserva Federal de EE.UU. en las decisiones del Banco de la República. La Junta está monitoreando múltiples factores, incluyendo el comportamiento del dólar y las cuentas fiscales, además de los precios de combustibles y energía que podrían afectar la inflación.
En este contexto, otros analistas, como Camilo Pérez del Banco de Bogotá, sugieren que el aumento en el ritmo de los recortes podría no materializarse hasta la reunión de octubre, dependiendo de los datos inflacionarios que se publiquen antes de esa fecha. La cautela parece ser una tendencia común entre los expertos debido a la incertidumbre y riesgos económicos actuales.
La Junta del Banco de la República de Colombia está en una encrucijada donde debe balancear la necesidad de estimular la economía mediante recortes más agresivos de las tasas de interés y la prudencia ante los persistentes niveles de inflación y otros riesgos económicos. La decisión final que tomará en septiembre se encuentra bajo intensa observación y dependerá en gran medida de la evolución de varios indicadores económicos en los próximos meses. El recorte de tasas se considera una herramienta vital para estimular economías en desaceleración, pero también puede incrementar riesgos inflacionarios, lo que evidencia la complejidad de las decisiones de política monetaria.