El 21 de agosto de 2024, el Ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Luis Gilberto Murillo, presentó un proyecto de ley ante el Senado destinado a prohibir el denominado "mercado de mercenarios" en el país. La iniciativa busca tipificar como delito el entrenamiento y financiamiento de individuos que, a cambio de dinero, participan en conflictos bélicos fuera del territorio colombiano.
Esta propuesta legislativa se fundamenta en la necesidad de que Colombia, como Estado Parte, no reclute, utilice, financie ni entrene mercenarios. La presentación de este proyecto de ley coincide con un contexto internacional en el cual se han reportado casos significativos de ciudadanos colombianos involucrados en conflictos, como es el caso de mercenarios en Ucrania.
Murillo explicó que es crucial para la integridad y la imagen nacional que se impongan regulaciones estrictas para evitar que ciudadanos colombianos sean reclutados para participar en guerras extranjeras. "Es esencial que Colombia no sea cómplice en la contratación de mercenarios que desestabilizan otras naciones", subrayó el ministro.
El proyecto de ley pretende regular y controlar todas las actividades relacionadas con la contratación de mercenarios para salvaguardar la seguridad nacional y prevenir la participación de colombianos en actos bélicos internacionales. Busca, además, asegurar que estos individuos no puedan operar bajo el amparo del estado colombiano ni recibir financiamiento o entrenamiento desde el país.
En esencia, la propuesta tiene un doble objetivo: primero, frenar el creciente fenómeno de colombianos que se ven tentados a unirse a conflictos internacionales como mercenarios y, segundo, proteger la reputación de Colombia en la esfera global. El ministro Murillo añadió que esta regulación es parte de un esfuerzo más amplio del gobierno colombiano para cumplir con sus compromisos internacionales y para garantizar que el país no contribuya a la perpetuación de conflictos en el mundo.
El proyecto no solo prevé penas de prisión para los individuos que participen en dichos actos, sino que también incluye sanciones para las organizaciones y personas que faciliten el entrenamiento, reclutamiento o financiamiento de estos mercenarios. El término "mercenario" proviene del latín "mercenarius", que significa "trabajador asalariado", y ha sido utilizado históricamente para referirse a soldados profesionales contratados para servir en ejércitos extranjeros.