Colombia

Colombia Se Sumerge en la Lectura: El 72% Ahora Son Lectores Habituales Postpandemia

Un reciente estudio revela un significativo incremento en los hábitos de lectura entre los colombianos postpandemia, destacando un aumento en el promedio de libros leídos anualmente y un creciente interés por la literatura en diversas regiones del país.

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Colombia Se Sumerge en la Lectura: El 72% Ahora Son Lectores Habituales Postpandemia

Un reciente estudio revela un significativo incremento en los hábitos de lectura entre los colombianos postpandemia, destacando un aumento en el promedio de libros leídos anualmente y un creciente interés por la literatura en diversas regiones del país.

“La fatiga digital: la gente se cansó de estar todo el día en la pantalla trabajando durante la pandemia, y descansaba con un libro de la televisión o del computador”

- Emiro Aristizábal, presidente ejecutivo de la Cámara Colombiana del Libro.

1/3/2024

La pandemia ha dejado huellas imborrables en múltiples aspectos de la vida cotidiana, y sorprendentemente, uno de los cambios más positivos se observa en los hábitos de lectura de los colombianos. Un estudio reciente de la Cámara Colombiana del Libro (CCL) y datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) muestran un impresionante aumento en la cantidad de personas que se identifican como lectores regulares, pasando del 50% en 2017 al 72% en la actualidad. Este fenómeno no solo demuestra un cambio en la cultura del ocio y el aprendizaje sino que también subraya la importancia de la literatura como una forma de escape y reflexión en tiempos difíciles.

En términos de preferencias y prácticas de lectura, se ha observado un claro desplazamiento hacia los libros en comparación con otros medios digitales. Los encuestados indicaron que, después de la pandemia, el 45% lee más libros que antes, eligiendo esta actividad sobre navegar en redes sociales o páginas web. Este cambio no solo resalta el valor de la lectura como actividad de ocio sino también como un medio para el desarrollo personal y el enriquecimiento cultural. La región Caribe se destaca especialmente, con ocho de cada diez ciudadanos reportando hábitos de lectura regulares, la tasa más alta entre las regiones encuestadas.

Otro dato relevante del estudio es la preferencia por los libros impresos sobre los digitales, con un 58% de los lectores prefiriendo comprar libros en librerías físicas. Este interés revivido por los formatos tradicionales de lectura sugiere una revalorización del libro como objeto físico, quizás como contrapunto a la omnipresencia de las pantallas en la vida moderna. Además, el género de no ficción y autoayuda se ha posicionado como favorito entre los lectores, reflejando una tendencia hacia la búsqueda de crecimiento personal y comprensión del entorno a través de la lectura.

Algo Curioso
La encuesta reveló que, contrariamente a la creencia popular, el precio no es el principal obstáculo para la lectura en Colombia. Solo un 10% mencionó el costo de los libros como razón para no leer más, desmitificando la idea de que los libros son inaccesibles para la mayoría de la población.

Innovación y Cambio: La Nueva Era de Lectores Colombianos

La encuesta realizada por Invamer, por encargo de la Cámara Colombiana del Libro, entre el 9 y el 28 de octubre de 2023, abarcó a 1.536 personas en las cinco regiones más pobladas de Colombia, incluyendo Caribe, Eje Cafetero, Sur Occidental, Bogotá, y Centro Oriental. Este estudio, con un margen de error del 2,5%, revela un panorama detallado sobre los patrones de lectura en el país, evidenciando un aumento notable en la población lectora. Específicamente, el número promedio de libros leídos por persona al año es de 6,91, un dato que contrasta significativamente con las cifras previas a la pandemia y demuestra un renacer en los hábitos de lectura.

Un aspecto destacado de este fenómeno es la distribución del tipo de contenido consumido. Los libros de no ficción superaron a los de ficción en preferencia, y dentro de estos, los de autoayuda y análisis ocuparon los primeros lugares en ventas. “Hábitos atómicos” de James Clear fue el libro más vendido, seguido por “Cómo hacer que te pasen cosas buenas” de Marian Rojas Estapé, y “La psicología del dinero” de Morgan Housel. Este interés por la autoayuda y el crecimiento personal refleja una tendencia hacia la introspección y el mejoramiento individual postpandemia.

La encuesta también desmintió la creencia de que el costo de los libros es una barrera significativa para la lectura, ya que solo un 10% de los encuestados señaló el precio como un factor disuasorio. Esta información es crucial para las editoriales y las librerías, ya que subraya la importancia de otros factores, como la disponibilidad de títulos interesantes y el acceso a puntos de venta, en la promoción de la lectura.

Por último, el estudio mostró que las ferias literarias, como la Feria del Libro de Bogotá (Filbo), desempeñan un papel importante en los hábitos de compra de libros, con el 25% de los encuestados aprovechando estos eventos para adquirir nuevos títulos. Este dato resalta la importancia de estas ferias no solo como eventos culturales, sino también como motores de la industria editorial en Colombia.

Desafíos y Estrategias: Fomentando la Lectura en la Era Digital

La adaptación a las nuevas demandas del público lector, que ahora muestra una clara preferencia por los libros impresos pero también consume contenido digital, requiere estrategias innovadoras para satisfacer estas necesidades diversificadas. Aunque el 58% de los lectores prefieren adquirir libros en librerías, un 15% lo hace a través de internet, lo que indica la necesidad de una presencia digital fuerte y estrategias de marketing online efectivas para capturar este segmento del mercado.

Además, la relevancia de las ferias literarias en la decisión de compra de libros sugiere que la experiencia lectora va más allá del acto de leer; es social y comunitaria. Esto implica que las ferias, los clubes de lectura y otros eventos literarios son esenciales para fomentar una cultura de lectura y deben ser promovidos y apoyados por instituciones públicas y privadas.

La educación juega un rol crucial en el desarrollo de hábitos de lectura desde una edad temprana. Los resultados de la encuesta indican que los planes de fomento de la lectura implementados en los últimos años han tenido un impacto positivo, especialmente entre los jóvenes. Esto subraya la importancia de continuar y expandir estos programas en escuelas y comunidades para asegurar una nueva generación de lectores.

“La fatiga digital: la gente se cansó de estar todo el día en la pantalla trabajando durante la pandemia, y descansaba con un libro de la televisión o del computador”

- Emiro Aristizábal, presidente ejecutivo de la Cámara Colombiana del Libro.

Mar 1, 2024
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La pandemia ha dejado huellas imborrables en múltiples aspectos de la vida cotidiana, y sorprendentemente, uno de los cambios más positivos se observa en los hábitos de lectura de los colombianos. Un estudio reciente de la Cámara Colombiana del Libro (CCL) y datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) muestran un impresionante aumento en la cantidad de personas que se identifican como lectores regulares, pasando del 50% en 2017 al 72% en la actualidad. Este fenómeno no solo demuestra un cambio en la cultura del ocio y el aprendizaje sino que también subraya la importancia de la literatura como una forma de escape y reflexión en tiempos difíciles.

En términos de preferencias y prácticas de lectura, se ha observado un claro desplazamiento hacia los libros en comparación con otros medios digitales. Los encuestados indicaron que, después de la pandemia, el 45% lee más libros que antes, eligiendo esta actividad sobre navegar en redes sociales o páginas web. Este cambio no solo resalta el valor de la lectura como actividad de ocio sino también como un medio para el desarrollo personal y el enriquecimiento cultural. La región Caribe se destaca especialmente, con ocho de cada diez ciudadanos reportando hábitos de lectura regulares, la tasa más alta entre las regiones encuestadas.

Otro dato relevante del estudio es la preferencia por los libros impresos sobre los digitales, con un 58% de los lectores prefiriendo comprar libros en librerías físicas. Este interés revivido por los formatos tradicionales de lectura sugiere una revalorización del libro como objeto físico, quizás como contrapunto a la omnipresencia de las pantallas en la vida moderna. Además, el género de no ficción y autoayuda se ha posicionado como favorito entre los lectores, reflejando una tendencia hacia la búsqueda de crecimiento personal y comprensión del entorno a través de la lectura.

La pandemia ha dejado huellas imborrables en múltiples aspectos de la vida cotidiana, y sorprendentemente, uno de los cambios más positivos se observa en los hábitos de lectura de los colombianos. Un estudio reciente de la Cámara Colombiana del Libro (CCL) y datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) muestran un impresionante aumento en la cantidad de personas que se identifican como lectores regulares, pasando del 50% en 2017 al 72% en la actualidad. Este fenómeno no solo demuestra un cambio en la cultura del ocio y el aprendizaje sino que también subraya la importancia de la literatura como una forma de escape y reflexión en tiempos difíciles.

En términos de preferencias y prácticas de lectura, se ha observado un claro desplazamiento hacia los libros en comparación con otros medios digitales. Los encuestados indicaron que, después de la pandemia, el 45% lee más libros que antes, eligiendo esta actividad sobre navegar en redes sociales o páginas web. Este cambio no solo resalta el valor de la lectura como actividad de ocio sino también como un medio para el desarrollo personal y el enriquecimiento cultural. La región Caribe se destaca especialmente, con ocho de cada diez ciudadanos reportando hábitos de lectura regulares, la tasa más alta entre las regiones encuestadas.

Otro dato relevante del estudio es la preferencia por los libros impresos sobre los digitales, con un 58% de los lectores prefiriendo comprar libros en librerías físicas. Este interés revivido por los formatos tradicionales de lectura sugiere una revalorización del libro como objeto físico, quizás como contrapunto a la omnipresencia de las pantallas en la vida moderna. Además, el género de no ficción y autoayuda se ha posicionado como favorito entre los lectores, reflejando una tendencia hacia la búsqueda de crecimiento personal y comprensión del entorno a través de la lectura.

Algo Curioso
La encuesta reveló que, contrariamente a la creencia popular, el precio no es el principal obstáculo para la lectura en Colombia. Solo un 10% mencionó el costo de los libros como razón para no leer más, desmitificando la idea de que los libros son inaccesibles para la mayoría de la población.

Innovación y Cambio: La Nueva Era de Lectores Colombianos

La encuesta realizada por Invamer, por encargo de la Cámara Colombiana del Libro, entre el 9 y el 28 de octubre de 2023, abarcó a 1.536 personas en las cinco regiones más pobladas de Colombia, incluyendo Caribe, Eje Cafetero, Sur Occidental, Bogotá, y Centro Oriental. Este estudio, con un margen de error del 2,5%, revela un panorama detallado sobre los patrones de lectura en el país, evidenciando un aumento notable en la población lectora. Específicamente, el número promedio de libros leídos por persona al año es de 6,91, un dato que contrasta significativamente con las cifras previas a la pandemia y demuestra un renacer en los hábitos de lectura.

Un aspecto destacado de este fenómeno es la distribución del tipo de contenido consumido. Los libros de no ficción superaron a los de ficción en preferencia, y dentro de estos, los de autoayuda y análisis ocuparon los primeros lugares en ventas. “Hábitos atómicos” de James Clear fue el libro más vendido, seguido por “Cómo hacer que te pasen cosas buenas” de Marian Rojas Estapé, y “La psicología del dinero” de Morgan Housel. Este interés por la autoayuda y el crecimiento personal refleja una tendencia hacia la introspección y el mejoramiento individual postpandemia.

La encuesta también desmintió la creencia de que el costo de los libros es una barrera significativa para la lectura, ya que solo un 10% de los encuestados señaló el precio como un factor disuasorio. Esta información es crucial para las editoriales y las librerías, ya que subraya la importancia de otros factores, como la disponibilidad de títulos interesantes y el acceso a puntos de venta, en la promoción de la lectura.

Por último, el estudio mostró que las ferias literarias, como la Feria del Libro de Bogotá (Filbo), desempeñan un papel importante en los hábitos de compra de libros, con el 25% de los encuestados aprovechando estos eventos para adquirir nuevos títulos. Este dato resalta la importancia de estas ferias no solo como eventos culturales, sino también como motores de la industria editorial en Colombia.

Desafíos y Estrategias: Fomentando la Lectura en la Era Digital

La adaptación a las nuevas demandas del público lector, que ahora muestra una clara preferencia por los libros impresos pero también consume contenido digital, requiere estrategias innovadoras para satisfacer estas necesidades diversificadas. Aunque el 58% de los lectores prefieren adquirir libros en librerías, un 15% lo hace a través de internet, lo que indica la necesidad de una presencia digital fuerte y estrategias de marketing online efectivas para capturar este segmento del mercado.

Además, la relevancia de las ferias literarias en la decisión de compra de libros sugiere que la experiencia lectora va más allá del acto de leer; es social y comunitaria. Esto implica que las ferias, los clubes de lectura y otros eventos literarios son esenciales para fomentar una cultura de lectura y deben ser promovidos y apoyados por instituciones públicas y privadas.

La educación juega un rol crucial en el desarrollo de hábitos de lectura desde una edad temprana. Los resultados de la encuesta indican que los planes de fomento de la lectura implementados en los últimos años han tenido un impacto positivo, especialmente entre los jóvenes. Esto subraya la importancia de continuar y expandir estos programas en escuelas y comunidades para asegurar una nueva generación de lectores.

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