Un análisis internacional de largo plazo, publicado en la revista científica Neurology, identificó una relación directa entre el alto consumo de alimentos ultraprocesados y el desarrollo de signos tempranos asociados a la enfermedad de Parkinson. La investigación utilizó datos del Nurses' Health Study y del Health Professionals Follow-Up Study, donde se evaluaron los hábitos alimenticios y la salud de 43,000 trabajadores de la salud durante un máximo de 26 años. Al inicio del estudio, los participantes promediaban 48 años de edad y no presentaban antecedentes de Parkinson.
Los alimentos ultraprocesados analizados incluyeron salsas, bebidas azucaradas, snacks empaquetados, postres, yogures industriales y algunos productos de origen animal. Los participantes fueron agrupados en cinco categorías según su consumo diario de estos productos.
El grupo con un consumo superior a 11 porciones diarias demostró tener 2.5 veces más probabilidades de experimentar al menos tres signos iniciales de Parkinson en comparación con quienes ingirieron menos de 3 porciones por día. Entre los síntomas identificados se encuentran dolor corporal, trastornos depressivos, somnolencia diurna excesiva y deterioro del sentido del olfato. El incremento del consumo también se asoció con un mayor riesgo en casi todos los signos estudiados, salvo en la constipación.
Los investigadores llevaron a cabo ajustes estadísticos por variables como edad, índice de masa corporal, consumo de alcohol y cafeína, nivel de actividad física y tabaquismo, para evitar posibles interferencias en los resultados. Aunque la evidencia apunta a una relación significativa entre dieta y aparición de síntomas parkinsonianos tempranos, los autores remarcan que la investigación es de carácter observacional y se requieren estudios adicionales para clarificar la naturaleza de este vínculo.
El estudio aporta información relevante para entender el papel de la alimentación en la salud neurológica y enfatiza la importancia de investigar a fondo la influencia de los productos ultraprocesados en el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas.
La publicación completa está disponible en la revista Neurology.