Colombia

El Impacto del Paro de Transportadores en Colombia: Causas, Consecuencias y Perspectivas

Desde el sábado, varias vías de Colombia han sido bloqueadas debido a un paro de transportadores en respuesta al incremento de 2,000 pesos en el precio del diésel (ACPM). Los manifestantes se han desplegado en diferentes puntos del país con pancartas y banderas para expresar su rechazo.

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El Impacto del Paro de Transportadores en Colombia: Causas, Consecuencias y Perspectivas

Desde el sábado, varias vías de Colombia han sido bloqueadas debido a un paro de transportadores en respuesta al incremento de 2,000 pesos en el precio del diésel (ACPM). Los manifestantes se han desplegado en diferentes puntos del país con pancartas y banderas para expresar su rechazo.

El paro de transportadores en Colombia ha generado una crisis que afecta no solo la movilidad, sino también el acceso a bienes esenciales y la economía del país. Entender las raíces de este conflicto, sus efectos en la vida diaria y lo que podría suceder en los próximos días es crucial para todos.

4/9/2024

Desde el pasado sábado, se han registrado bloqueos en diversas vías del país debido al incremento de 2.000 pesos en el precio del diésel, medida anunciada por el gobierno. Cientos de camiones se han estacionado a lo largo de estas vías, con sus conductores mostrando pancartas y banderas que transmiten un mensaje claro y contundente al gobierno: “No al alza del ACPM”.

Las manifestaciones, que comenzaron el fin de semana, se intensificaron el lunes y martes, en respuesta a la decisión del Gobierno de aumentar en 2.000 pesos el precio del galón de diésel, que había estado congelado en 9.456 pesos durante 56 meses. El gobierno justifica este aumento como un paso necesario para alinear el precio del combustible con los estándares internacionales, explicando que mantener precios bajos requiere subsidios significativos que el país no puede seguir sosteniendo. Por su parte, los transportadores sostienen que el incremento es insostenible para un sector mayormente compuesto por conductores-propietarios, que ya se ven afectados por la desaceleración económica.

¿Por qué protestan los transportadores?

Durante meses, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, mantuvo reuniones con representantes del sector transporte para discutir los posibles impactos de un incremento total de 6.000 pesos en el precio del galón de diésel, proyectado para este y el próximo año. A pesar de que el aumento ya había sido anticipado, los transportadores decidieron salir a las calles en protesta.

Durante un año y 10 meses, el Gobierno y los representantes de nueve asociaciones, que formaron una Cámara Intergremial de Transporte, dialogaron y analizaron los posibles efectos de esta medida, que afecta a cerca de 650.000 propietarios de camiones, tractomulas, transporte intermunicipal y otros vehículos que dependen de este tipo de combustible.

Se llevaron a cabo 13 mesas de trabajo. Aunque los transportadores pidieron al Gobierno que no aumentara los precios, no se llegó a un acuerdo. Bonilla confirmó hace aproximadamente un mes que el aumento total del galón sería de 6.000 pesos, a implementarse entre lo que queda de este año y el próximo. Este incremento es el primero de tres.

El FEPC: la razón detrás del aumento

Durante la pandemia, los precios de la gasolina y el diésel o ACPM se congelaron como parte de las medidas implementadas para aliviar la situación económica de los consumidores. Sin embargo, esto generó una presión fiscal considerable para el Gobierno, que, a través del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC), subsidia la diferencia entre el precio que pagan los consumidores por los combustibles y el precio internacional. Según el Ministerio de Hacienda, esta política ha generado un déficit acumulado histórico de 105 billones de pesos en los últimos cuatro años, un costo que el gobierno ha estado absorbiendo año tras año.

En octubre de 2022, comenzó un proceso de ajuste en el precio de la gasolina que se extendió hasta diciembre del año pasado, incrementando el precio del galón en aproximadamente 5.000 pesos, hasta llegar a un promedio de 15.164 pesos por galón.

El turno del diésel llegó, pero ajustar el precio de este combustible es complejo debido a sus impactos en el transporte de alimentos y otros productos básicos, lo que convierte la medida en altamente impopular. Según el Ministerio de Hacienda, para 2024, el déficit estimado relacionado con el diésel sería de 12 billones de pesos.

“El precio del diésel ha estado congelado desde enero de 2020. Llevamos 56 meses con el precio fijo, y hemos cerrado la brecha de la gasolina. Este subsidio es ineficiente para la economía colombiana porque genera un enorme déficit fiscal y no contribuye al saneamiento de las finanzas públicas”, afirmó el ministro Bonilla en una declaración pública.

En un año fiscalmente complicado, aumentar el precio del diésel y reducir el déficit del FEPC se ha convertido en una tarea fundamental para el Gobierno, en particular para el Ministerio de Hacienda.

El ministerio ha explicado que, cuando un consumidor compra diésel en una estación de servicio, paga menos del 50% del precio que cobra el refinador o importador de ese combustible. Solo con este primer aumento, que llevó el galón a 11.360 pesos, se estaría generando un ahorro fiscal de 1,6 billones de pesos en lo que queda del año.

La fórmula para calcular el diésel: un punto de discordia

Mientras que el aumento en la gasolina fue gradual, con incrementos de entre 200 y 600 pesos, el plan para el diésel contempla tres incrementos de 2.000 pesos cada uno. El primer aumento ya representa un alza del 20%, y en total, el diésel subiría un 60% para alcanzar el ajuste propuesto por el gobierno. Esta diferencia ha sido un punto de fricción entre el Gobierno y los transportadores durante meses.

El Ministerio de Hacienda ha destacado que, incluso después del aumento a 11.360 pesos por galón, Colombia sigue teniendo uno de los precios más bajos de ACPM en la región. El precio, publicado mensualmente por la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg), se calcula considerando varias variables, incluyendo el ingreso al productor de combustibles fósiles y biocombustibles (IP), que es el valor que recibe el refinador por cada galón de combustible producido.

En Colombia, el diésel se produce en las refinerías de Barrancabermeja y Cartagena, y aunque Ecopetrol es una empresa mayoritariamente estatal, opera bajo lógicas de mercado. Por esta razón, el cálculo del ingreso al productor toma en cuenta los precios de referencia internacionales o el precio de oportunidad, que es la diferencia entre lo que podría ganar Ecopetrol exportando el combustible a otros países frente a lo que recibe en el mercado local.

Sin embargo, los transportadores argumentan que el diésel no debería subsidiarse y que la fórmula para calcular su precio debería modificarse. Presentaron una propuesta alternativa, denominada ‘Precio Colombia’, para ajustar esta fórmula.

“En un país como Colombia, donde somos productores de hidrocarburos y contamos con dos refinerías, no entendemos por qué debemos pagar el ACPM a precio internacional. Los salarios en Colombia son muy diferentes a los de Estados Unidos, por ejemplo. En realidad, lo que se está compensando a Ecopetrol es lo que deja de ganar por no exportar el combustible. Ecopetrol no está perdiendo dinero, sino que está dejando de ganar”, aseguró Nidia Hernández, presidenta de la Federación Colombiana de Transportadores de Carga por Carretera (Colfecar).

Hernández añadió que el modelo del Fondo de Estabilización beneficia principalmente a Ecopetrol y al Estado, ya que el gobierno compensa a la petrolera, pero también se beneficia a través de los dividendos. Por eso, propusieron que el ACPM se excluya del Fondo de Estabilización.

La presidenta de Colfecar recordó que, en la primera reunión entre el Gobierno y los transportadores en octubre de 2022, el presidente Gustavo Petro prometió establecer mesas técnicas para revisar la fórmula del diésel.

Arnulfo Cuervo, vicepresidente de la Federación de Empresarios del Transporte de Carga (Fedetranscarga), comparte la misma opinión: “La fórmula del FEPC sería válida si importáramos el combustible o si tuviéramos que traerlo de otros lugares, pero en Colombia el 97% del diésel que consumimos proviene de las refinerías de Cartagena y Barrancabermeja. Solo el 3% lo importan grandes empresas de carbón de la costa atlántica porque también son comercializadoras de combustibles y les resulta más económico”.

Finalmente, el gobierno decidió no cambiar la fórmula.

Impacto del aumento del diésel en los transportadores

El Índice de Costos del Transporte por Carretera (ICTC) que mide el DANE indica que el 40% de los costos operativos de un camión corresponden al combustible, mientras que el 45% son costos fijos y peajes, el 10% son insumos y el 5% son partes, piezas y servicios de mantenimiento y reparación. Con el aumento de 2.000 pesos en el diésel, se estima que los costos operativos podrían incrementarse hasta un 48%.

El sector del transporte en Colombia está compuesto mayoritariamente por pequeñas unidades productivas, lo que significa que el aumento de precios tiene un impacto significativo en los conductores. Según el Registro Único Nacional de Tránsito (Runt), hay 650.000 personas naturales y jurídicas propietarias de un camión, bus o volqueta. De estas, el 80% posee un solo vehículo, el 13% tiene dos y solo el 3,84% posee tres o más. Además, el 94% de las 4.300 empresas habilitadas por el Ministerio de Transporte son mipymes.

Este panorama es complicado aún más por la desaceleración económica de los últimos dos años, que ha afectado al sector del transporte debido a la caída en los principales sectores productivos. Una mala dinámica económica resulta en menor producción, menor comercio y, por ende, menos carga que transportar.

“Las estadísticas que recogemos en Colfecar nos muestran que el sector lleva dos años enfrentando más de 1.200 bloqueos en vías nacionales por diversos factores, cierres viales y una ola de inseguridad en la que los grupos al margen de la ley y la delincuencia común siguen extorsionando y asaltando los vehículos de carga”, concluyó Nidia Hernández.

Algo Curioso

El paro de transportadores en Colombia ha generado una crisis que afecta no solo la movilidad, sino también el acceso a bienes esenciales y la economía del país. Entender las raíces de este conflicto, sus efectos en la vida diaria y lo que podría suceder en los próximos días es crucial para todos.

Sep 4, 2024
Colglobal News

Desde el pasado sábado, se han registrado bloqueos en diversas vías del país debido al incremento de 2.000 pesos en el precio del diésel, medida anunciada por el gobierno. Cientos de camiones se han estacionado a lo largo de estas vías, con sus conductores mostrando pancartas y banderas que transmiten un mensaje claro y contundente al gobierno: “No al alza del ACPM”.

Las manifestaciones, que comenzaron el fin de semana, se intensificaron el lunes y martes, en respuesta a la decisión del Gobierno de aumentar en 2.000 pesos el precio del galón de diésel, que había estado congelado en 9.456 pesos durante 56 meses. El gobierno justifica este aumento como un paso necesario para alinear el precio del combustible con los estándares internacionales, explicando que mantener precios bajos requiere subsidios significativos que el país no puede seguir sosteniendo. Por su parte, los transportadores sostienen que el incremento es insostenible para un sector mayormente compuesto por conductores-propietarios, que ya se ven afectados por la desaceleración económica.

¿Por qué protestan los transportadores?

Durante meses, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, mantuvo reuniones con representantes del sector transporte para discutir los posibles impactos de un incremento total de 6.000 pesos en el precio del galón de diésel, proyectado para este y el próximo año. A pesar de que el aumento ya había sido anticipado, los transportadores decidieron salir a las calles en protesta.

Durante un año y 10 meses, el Gobierno y los representantes de nueve asociaciones, que formaron una Cámara Intergremial de Transporte, dialogaron y analizaron los posibles efectos de esta medida, que afecta a cerca de 650.000 propietarios de camiones, tractomulas, transporte intermunicipal y otros vehículos que dependen de este tipo de combustible.

Se llevaron a cabo 13 mesas de trabajo. Aunque los transportadores pidieron al Gobierno que no aumentara los precios, no se llegó a un acuerdo. Bonilla confirmó hace aproximadamente un mes que el aumento total del galón sería de 6.000 pesos, a implementarse entre lo que queda de este año y el próximo. Este incremento es el primero de tres.

El FEPC: la razón detrás del aumento

Durante la pandemia, los precios de la gasolina y el diésel o ACPM se congelaron como parte de las medidas implementadas para aliviar la situación económica de los consumidores. Sin embargo, esto generó una presión fiscal considerable para el Gobierno, que, a través del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC), subsidia la diferencia entre el precio que pagan los consumidores por los combustibles y el precio internacional. Según el Ministerio de Hacienda, esta política ha generado un déficit acumulado histórico de 105 billones de pesos en los últimos cuatro años, un costo que el gobierno ha estado absorbiendo año tras año.

En octubre de 2022, comenzó un proceso de ajuste en el precio de la gasolina que se extendió hasta diciembre del año pasado, incrementando el precio del galón en aproximadamente 5.000 pesos, hasta llegar a un promedio de 15.164 pesos por galón.

El turno del diésel llegó, pero ajustar el precio de este combustible es complejo debido a sus impactos en el transporte de alimentos y otros productos básicos, lo que convierte la medida en altamente impopular. Según el Ministerio de Hacienda, para 2024, el déficit estimado relacionado con el diésel sería de 12 billones de pesos.

“El precio del diésel ha estado congelado desde enero de 2020. Llevamos 56 meses con el precio fijo, y hemos cerrado la brecha de la gasolina. Este subsidio es ineficiente para la economía colombiana porque genera un enorme déficit fiscal y no contribuye al saneamiento de las finanzas públicas”, afirmó el ministro Bonilla en una declaración pública.

En un año fiscalmente complicado, aumentar el precio del diésel y reducir el déficit del FEPC se ha convertido en una tarea fundamental para el Gobierno, en particular para el Ministerio de Hacienda.

El ministerio ha explicado que, cuando un consumidor compra diésel en una estación de servicio, paga menos del 50% del precio que cobra el refinador o importador de ese combustible. Solo con este primer aumento, que llevó el galón a 11.360 pesos, se estaría generando un ahorro fiscal de 1,6 billones de pesos en lo que queda del año.

La fórmula para calcular el diésel: un punto de discordia

Mientras que el aumento en la gasolina fue gradual, con incrementos de entre 200 y 600 pesos, el plan para el diésel contempla tres incrementos de 2.000 pesos cada uno. El primer aumento ya representa un alza del 20%, y en total, el diésel subiría un 60% para alcanzar el ajuste propuesto por el gobierno. Esta diferencia ha sido un punto de fricción entre el Gobierno y los transportadores durante meses.

El Ministerio de Hacienda ha destacado que, incluso después del aumento a 11.360 pesos por galón, Colombia sigue teniendo uno de los precios más bajos de ACPM en la región. El precio, publicado mensualmente por la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg), se calcula considerando varias variables, incluyendo el ingreso al productor de combustibles fósiles y biocombustibles (IP), que es el valor que recibe el refinador por cada galón de combustible producido.

En Colombia, el diésel se produce en las refinerías de Barrancabermeja y Cartagena, y aunque Ecopetrol es una empresa mayoritariamente estatal, opera bajo lógicas de mercado. Por esta razón, el cálculo del ingreso al productor toma en cuenta los precios de referencia internacionales o el precio de oportunidad, que es la diferencia entre lo que podría ganar Ecopetrol exportando el combustible a otros países frente a lo que recibe en el mercado local.

Sin embargo, los transportadores argumentan que el diésel no debería subsidiarse y que la fórmula para calcular su precio debería modificarse. Presentaron una propuesta alternativa, denominada ‘Precio Colombia’, para ajustar esta fórmula.

“En un país como Colombia, donde somos productores de hidrocarburos y contamos con dos refinerías, no entendemos por qué debemos pagar el ACPM a precio internacional. Los salarios en Colombia son muy diferentes a los de Estados Unidos, por ejemplo. En realidad, lo que se está compensando a Ecopetrol es lo que deja de ganar por no exportar el combustible. Ecopetrol no está perdiendo dinero, sino que está dejando de ganar”, aseguró Nidia Hernández, presidenta de la Federación Colombiana de Transportadores de Carga por Carretera (Colfecar).

Hernández añadió que el modelo del Fondo de Estabilización beneficia principalmente a Ecopetrol y al Estado, ya que el gobierno compensa a la petrolera, pero también se beneficia a través de los dividendos. Por eso, propusieron que el ACPM se excluya del Fondo de Estabilización.

La presidenta de Colfecar recordó que, en la primera reunión entre el Gobierno y los transportadores en octubre de 2022, el presidente Gustavo Petro prometió establecer mesas técnicas para revisar la fórmula del diésel.

Arnulfo Cuervo, vicepresidente de la Federación de Empresarios del Transporte de Carga (Fedetranscarga), comparte la misma opinión: “La fórmula del FEPC sería válida si importáramos el combustible o si tuviéramos que traerlo de otros lugares, pero en Colombia el 97% del diésel que consumimos proviene de las refinerías de Cartagena y Barrancabermeja. Solo el 3% lo importan grandes empresas de carbón de la costa atlántica porque también son comercializadoras de combustibles y les resulta más económico”.

Finalmente, el gobierno decidió no cambiar la fórmula.

Impacto del aumento del diésel en los transportadores

El Índice de Costos del Transporte por Carretera (ICTC) que mide el DANE indica que el 40% de los costos operativos de un camión corresponden al combustible, mientras que el 45% son costos fijos y peajes, el 10% son insumos y el 5% son partes, piezas y servicios de mantenimiento y reparación. Con el aumento de 2.000 pesos en el diésel, se estima que los costos operativos podrían incrementarse hasta un 48%.

El sector del transporte en Colombia está compuesto mayoritariamente por pequeñas unidades productivas, lo que significa que el aumento de precios tiene un impacto significativo en los conductores. Según el Registro Único Nacional de Tránsito (Runt), hay 650.000 personas naturales y jurídicas propietarias de un camión, bus o volqueta. De estas, el 80% posee un solo vehículo, el 13% tiene dos y solo el 3,84% posee tres o más. Además, el 94% de las 4.300 empresas habilitadas por el Ministerio de Transporte son mipymes.

Este panorama es complicado aún más por la desaceleración económica de los últimos dos años, que ha afectado al sector del transporte debido a la caída en los principales sectores productivos. Una mala dinámica económica resulta en menor producción, menor comercio y, por ende, menos carga que transportar.

“Las estadísticas que recogemos en Colfecar nos muestran que el sector lleva dos años enfrentando más de 1.200 bloqueos en vías nacionales por diversos factores, cierres viales y una ola de inseguridad en la que los grupos al margen de la ley y la delincuencia común siguen extorsionando y asaltando los vehículos de carga”, concluyó Nidia Hernández.

Desde el pasado sábado, se han registrado bloqueos en diversas vías del país debido al incremento de 2.000 pesos en el precio del diésel, medida anunciada por el gobierno. Cientos de camiones se han estacionado a lo largo de estas vías, con sus conductores mostrando pancartas y banderas que transmiten un mensaje claro y contundente al gobierno: “No al alza del ACPM”.

Las manifestaciones, que comenzaron el fin de semana, se intensificaron el lunes y martes, en respuesta a la decisión del Gobierno de aumentar en 2.000 pesos el precio del galón de diésel, que había estado congelado en 9.456 pesos durante 56 meses. El gobierno justifica este aumento como un paso necesario para alinear el precio del combustible con los estándares internacionales, explicando que mantener precios bajos requiere subsidios significativos que el país no puede seguir sosteniendo. Por su parte, los transportadores sostienen que el incremento es insostenible para un sector mayormente compuesto por conductores-propietarios, que ya se ven afectados por la desaceleración económica.

¿Por qué protestan los transportadores?

Durante meses, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, mantuvo reuniones con representantes del sector transporte para discutir los posibles impactos de un incremento total de 6.000 pesos en el precio del galón de diésel, proyectado para este y el próximo año. A pesar de que el aumento ya había sido anticipado, los transportadores decidieron salir a las calles en protesta.

Durante un año y 10 meses, el Gobierno y los representantes de nueve asociaciones, que formaron una Cámara Intergremial de Transporte, dialogaron y analizaron los posibles efectos de esta medida, que afecta a cerca de 650.000 propietarios de camiones, tractomulas, transporte intermunicipal y otros vehículos que dependen de este tipo de combustible.

Se llevaron a cabo 13 mesas de trabajo. Aunque los transportadores pidieron al Gobierno que no aumentara los precios, no se llegó a un acuerdo. Bonilla confirmó hace aproximadamente un mes que el aumento total del galón sería de 6.000 pesos, a implementarse entre lo que queda de este año y el próximo. Este incremento es el primero de tres.

El FEPC: la razón detrás del aumento

Durante la pandemia, los precios de la gasolina y el diésel o ACPM se congelaron como parte de las medidas implementadas para aliviar la situación económica de los consumidores. Sin embargo, esto generó una presión fiscal considerable para el Gobierno, que, a través del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC), subsidia la diferencia entre el precio que pagan los consumidores por los combustibles y el precio internacional. Según el Ministerio de Hacienda, esta política ha generado un déficit acumulado histórico de 105 billones de pesos en los últimos cuatro años, un costo que el gobierno ha estado absorbiendo año tras año.

En octubre de 2022, comenzó un proceso de ajuste en el precio de la gasolina que se extendió hasta diciembre del año pasado, incrementando el precio del galón en aproximadamente 5.000 pesos, hasta llegar a un promedio de 15.164 pesos por galón.

El turno del diésel llegó, pero ajustar el precio de este combustible es complejo debido a sus impactos en el transporte de alimentos y otros productos básicos, lo que convierte la medida en altamente impopular. Según el Ministerio de Hacienda, para 2024, el déficit estimado relacionado con el diésel sería de 12 billones de pesos.

“El precio del diésel ha estado congelado desde enero de 2020. Llevamos 56 meses con el precio fijo, y hemos cerrado la brecha de la gasolina. Este subsidio es ineficiente para la economía colombiana porque genera un enorme déficit fiscal y no contribuye al saneamiento de las finanzas públicas”, afirmó el ministro Bonilla en una declaración pública.

En un año fiscalmente complicado, aumentar el precio del diésel y reducir el déficit del FEPC se ha convertido en una tarea fundamental para el Gobierno, en particular para el Ministerio de Hacienda.

El ministerio ha explicado que, cuando un consumidor compra diésel en una estación de servicio, paga menos del 50% del precio que cobra el refinador o importador de ese combustible. Solo con este primer aumento, que llevó el galón a 11.360 pesos, se estaría generando un ahorro fiscal de 1,6 billones de pesos en lo que queda del año.

La fórmula para calcular el diésel: un punto de discordia

Mientras que el aumento en la gasolina fue gradual, con incrementos de entre 200 y 600 pesos, el plan para el diésel contempla tres incrementos de 2.000 pesos cada uno. El primer aumento ya representa un alza del 20%, y en total, el diésel subiría un 60% para alcanzar el ajuste propuesto por el gobierno. Esta diferencia ha sido un punto de fricción entre el Gobierno y los transportadores durante meses.

El Ministerio de Hacienda ha destacado que, incluso después del aumento a 11.360 pesos por galón, Colombia sigue teniendo uno de los precios más bajos de ACPM en la región. El precio, publicado mensualmente por la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg), se calcula considerando varias variables, incluyendo el ingreso al productor de combustibles fósiles y biocombustibles (IP), que es el valor que recibe el refinador por cada galón de combustible producido.

En Colombia, el diésel se produce en las refinerías de Barrancabermeja y Cartagena, y aunque Ecopetrol es una empresa mayoritariamente estatal, opera bajo lógicas de mercado. Por esta razón, el cálculo del ingreso al productor toma en cuenta los precios de referencia internacionales o el precio de oportunidad, que es la diferencia entre lo que podría ganar Ecopetrol exportando el combustible a otros países frente a lo que recibe en el mercado local.

Sin embargo, los transportadores argumentan que el diésel no debería subsidiarse y que la fórmula para calcular su precio debería modificarse. Presentaron una propuesta alternativa, denominada ‘Precio Colombia’, para ajustar esta fórmula.

“En un país como Colombia, donde somos productores de hidrocarburos y contamos con dos refinerías, no entendemos por qué debemos pagar el ACPM a precio internacional. Los salarios en Colombia son muy diferentes a los de Estados Unidos, por ejemplo. En realidad, lo que se está compensando a Ecopetrol es lo que deja de ganar por no exportar el combustible. Ecopetrol no está perdiendo dinero, sino que está dejando de ganar”, aseguró Nidia Hernández, presidenta de la Federación Colombiana de Transportadores de Carga por Carretera (Colfecar).

Hernández añadió que el modelo del Fondo de Estabilización beneficia principalmente a Ecopetrol y al Estado, ya que el gobierno compensa a la petrolera, pero también se beneficia a través de los dividendos. Por eso, propusieron que el ACPM se excluya del Fondo de Estabilización.

La presidenta de Colfecar recordó que, en la primera reunión entre el Gobierno y los transportadores en octubre de 2022, el presidente Gustavo Petro prometió establecer mesas técnicas para revisar la fórmula del diésel.

Arnulfo Cuervo, vicepresidente de la Federación de Empresarios del Transporte de Carga (Fedetranscarga), comparte la misma opinión: “La fórmula del FEPC sería válida si importáramos el combustible o si tuviéramos que traerlo de otros lugares, pero en Colombia el 97% del diésel que consumimos proviene de las refinerías de Cartagena y Barrancabermeja. Solo el 3% lo importan grandes empresas de carbón de la costa atlántica porque también son comercializadoras de combustibles y les resulta más económico”.

Finalmente, el gobierno decidió no cambiar la fórmula.

Impacto del aumento del diésel en los transportadores

El Índice de Costos del Transporte por Carretera (ICTC) que mide el DANE indica que el 40% de los costos operativos de un camión corresponden al combustible, mientras que el 45% son costos fijos y peajes, el 10% son insumos y el 5% son partes, piezas y servicios de mantenimiento y reparación. Con el aumento de 2.000 pesos en el diésel, se estima que los costos operativos podrían incrementarse hasta un 48%.

El sector del transporte en Colombia está compuesto mayoritariamente por pequeñas unidades productivas, lo que significa que el aumento de precios tiene un impacto significativo en los conductores. Según el Registro Único Nacional de Tránsito (Runt), hay 650.000 personas naturales y jurídicas propietarias de un camión, bus o volqueta. De estas, el 80% posee un solo vehículo, el 13% tiene dos y solo el 3,84% posee tres o más. Además, el 94% de las 4.300 empresas habilitadas por el Ministerio de Transporte son mipymes.

Este panorama es complicado aún más por la desaceleración económica de los últimos dos años, que ha afectado al sector del transporte debido a la caída en los principales sectores productivos. Una mala dinámica económica resulta en menor producción, menor comercio y, por ende, menos carga que transportar.

“Las estadísticas que recogemos en Colfecar nos muestran que el sector lleva dos años enfrentando más de 1.200 bloqueos en vías nacionales por diversos factores, cierres viales y una ola de inseguridad en la que los grupos al margen de la ley y la delincuencia común siguen extorsionando y asaltando los vehículos de carga”, concluyó Nidia Hernández.

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