El 22 de abril de 2025, un estudiante universitario chino que reside en Japón requirió un primer operativo de rescate en el sendero Fujinomiya del Monte Fuji, encontrándose aproximadamente a 3,000 metros sobre el nivel del mar. El incidente ocurrió después de que el joven sufriera mal de altura y se viera imposibilitado para descender tras extraviar sus crampones, elementos esenciales para desplazarse sobre hielo y nieve. Un helicóptero acudió al lugar y lo trasladó a un hospital tras estabilizarlo.
Cuatro días después, el 26 de abril, el mismo estudiante volvió a la montaña con la intención de recuperar su teléfono móvil y otros objetos personales que había dejado durante la primera evacuación. El universitario fue rescatado nuevamente a más de 3,000 metros de altitud tras ser encontrado por otro escalador, quien dio aviso a las autoridades locales. En esa ocasión volvió a experimentar síntomas de mal de altura, pero no se encontraba en riesgo vital.
Ambas emergencias se produjeron fuera de la temporada oficial de escalada del Monte Fuji, que transcurre del 10 de julio al 10 de septiembre. Durante este periodo, todos los senderos permanecen cerrados y los servicios de emergencia no están disponibles, incrementando significativamente los riesgos para los montañistas, que deben afrontar condiciones climáticas adversas sin asistencia médica ni infraestructura activa. Las autoridades de la prefectura de Shizuoka recordaron a la población la importancia de respetar las fechas establecidas y recalcaron los peligros asociados con incursiones fuera de temporada.
En respuesta al acelerado aumento del turismo y la necesidad de fortalecer la seguridad, en la temporada de escalada de 2025 se exigirá una tarifa de acceso de 4,000 yenes (equivalentes a aproximadamente 28 dólares estadounidenses) y se implementará un cupo máximo de 4,000 visitantes diariamente, con el objetivo de regular el flujo de personas y prevenir incidentes. En 2023, más de 220,000 escaladores ascendieron al Monte Fuji durante el periodo autorizado, mientras que en julio de 2024 se registraron seis muertes en la montaña, número que superó el total de fatalidades del año anterior.
El Monte Fuji, declarado patrimonio mundial de la UNESCO, sigue siendo un atractivo para turistas y aficionados a la escalada, aunque eventos recientes refuerzan la relevancia de cumplir estrictamente las normativas y recomendaciones de seguridad para evitar situaciones de alto riesgo.