El estudio, titulado "Evaluación del efecto causal de la cafeína plasmática sobre la adiposidad, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares: estudio de aleatorización mendeliana de dos muestras" y publicado en marzo de 2023, analizó la relación entre las concentraciones plasmáticas de cafeína, el índice de masa corporal (IMC), la adiposidad, el riesgo de diabetes tipo 2 y distintas enfermedades cardiovasculares.
Para la investigación, se emplearon datos genéticos de casi 10,000 personas, centrándose en variantes de los genes CYP1A2 y AHR, que determinan la velocidad a la que el organismo metaboliza la cafeína. El diseño fue de aleatorización mendeliana a partir de estudios de asociación del genoma (GWAS), permitiendo identificar polimorfismos de nucleótido único (SNPs) vinculados a los niveles plasmáticos de cafeína.
En sus hallazgos, observaron que concentraciones elevadas de cafeína en sangre se relacionan con un menor IMC y una reducción de la masa de grasa corporal. El efecto en el IMC mostró un beta de -0.08 desviaciones estándar (DE) —intervalo de confianza (IC) del 95%: -0.10 a -0.06—, considerando que una desviación estándar equivale aproximadamente a 4.8 kg/m². Para la masa total de grasa corporal, se registró un beta de -0.06 DE (IC 95%: -0.08 a -0.04), donde una DE corresponde a unos 9.5 kg de grasa (P < 0.001).
El análisis también refleja una asociación significativa entre mayores niveles de cafeína y un menor riesgo de diabetes tipo 2, con un odds ratio combinado de 0.81 (IC 95%: 0.74 a 0.89; P < 0.001). Además, los investigadores estiman que alrededor del 43% del efecto protector de la cafeína sobre la diabetes tipo 2 está mediado por la reducción del IMC (IC 95%: 30% a 61%).
En cuanto a la relación con enfermedades cardiovasculares, el estudio no identificó correlaciones significativas entre la concentración de cafeína y el riesgo de fibrilación auricular, insuficiencia cardíaca o accidente cerebrovascular en los análisis realizados.
Como mecanismo subyacente, se postula que la cafeína promueve la termogénesis y la oxidación de grasas, lo que podría explicar la disminución observada en la adiposidad y, en consecuencia, el menor riesgo de diabetes tipo 2.
Los autores concluyen que la cafeína podría tener un impacto en la reducción de la cantidad de grasa corporal y el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, aunque recalcan la necesidad de realizar más ensayos clínicos antes de implementar cualquier tipo de recomendación de salud pública basada en estos resultados.