Javier Acosta, un ferviente seguidor del club de fútbol colombiano Millonarios, ha decidido optar por la eutanasia tras una larga y dolorosa lucha contra la osteomielitis, una grave infección ósea que contrajo hace cinco años tras infectarse con una bacteria en una piscina. Desde entonces, la salud de Acosta se ha deteriorado progresivamente, dejándolo confinado a una silla de ruedas.
A través de sus redes sociales, Javier Acosta compartió su experiencia y su difícil decisión de solicitar la eutanasia, buscando poner fin a su sufrimiento. En un emotivo mensaje, se despidió de su hija, expresando que prefería estar con Dios que continuar sufriendo. Este testimonio conmovedor ha resonado profundamente tanto en sus seguidores como en la comunidad futbolística, generando un amplio debate sobre la eutanasia y los derechos de los pacientes que enfrentan enfermedades críticas.
Como parte de su preparación final, Acosta ha decidido dar en adopción a su perrita Katy. La fundación 'Adopta un Buen Amigo Chan' se encargará de encontrarle un nuevo hogar. Javier ha declarado que, a pesar de lo difícil de su decisión, considera que es lo mejor para él y su familia, buscando tranquilidad en su partida. Javier Acosta, además de ser un apasionado hincha de Millonarios, ha inspirado gestos de solidaridad y apoyo de figuras del fútbol colombiano, mostrando el impacto que puede tener una persona en su comunidad y en sus ídolos deportivos.

La fundación 'Adopta un buen amigo Chan' publicó en redes sociales una fotografía en la que aparecen Javier y Katy acompañada de un emotivo mensaje de despedida de la peludita:
“Desafortunadamente, hace unas semanas me explicaste lo que pasaba contigo… me hablaste para decirme que pronto, ya no estarías para acompañarme al parque, nuestras tardes de fútbol se iban a acabar y tu mano, que me brindaba las mejores caricias, ya no iba a estar. Me prometiste que me ibas a cuidar desde arriba… qué irónico, pues pensé que sería yo la primera en partir. Mientras llorabas, yo entendí todo a la perfección y supe que ibas a buscar para mí un lugar hermoso para que pudiera estar mientras encuentro un nuevo humano, ojalá tan especial y amoroso como lo eres tú”.
La comunidad ha mostrado un apoyo significativo hacia Acosta, incluyendo palabras de aliento y solidaridad de destacadas figuras del fútbol, como el delantero Radamel Falcao. La historia de Acosta no solo ha tocado corazones sino que ha puesto nuevamente sobre la mesa los complejos dilemas éticos y legales en torno a la eutanasia, una práctica que en muchos países aún es objeto de intensos debates legislativos y morales.
En Colombia, la eutanasia es legal desde 1997, siendo uno de los pocos países en el mundo que permite a los pacientes terminales optar por una muerte digna bajo ciertas condiciones. Sin embargo, casos como el de Javier Acosta ponen de manifiesto la necesidad de un constante examen y actualización de las leyes y normativas relacionadas con los derechos de los pacientes y la práctica de la eutanasia.
La osteomielitis de Acosta, desencadenada por una infección bacteriana hace cinco años, ha sido una batalla cuesta arriba. La infección causó graves daños en sus huesos, afectando significativamente su movilidad y su calidad de vida. A pesar de los tratamientos y esfuerzos médicos, su condición continuó deteriorándose, llevándolo a una situación de sufrimiento constante y severas limitaciones físicas.
La decisión de Acosta de recurrir a la eutanasia refleja la desesperación y el dolor de enfrentarse a una enfermedad debilitante sin esperanza de mejora. Su valentía al compartir su historia ha abierto un espacio de diálogo y reflexión sobre cómo las sociedades abordan el derecho a una muerte digna y el cuidado de los pacientes terminales.
El apoyo masivo que ha recibido, especialmente de la comunidad del fútbol, demuestra la profunda empatía hacia aquellos que sufren enfermedades graves y la importancia de escuchar y respetar sus deseos más íntimos. Al mismo tiempo, subraya la necesidad de un abordaje compasivo y humanitario hacia el tema de la eutanasia, siempre centrado en el bienestar y los derechos de los pacientes.