Colombia

Retroceso de glaciares revela 35 nuevas islas y 2.466 km de costas en el Ártico

Entre los años 2000 y 2020, más de 1,700 glaciares en el hemisferio norte han retrocedido significativamente, exponiendo 2,466 kilómetros de nuevas costas y 35 islas previamente sumergidas, según un estudio internacional publicado en la revista Nature Climate Change. Este fenómeno plantea riesgos geológicos y climáticos, incluyendo erosiones, deslizamientos y la posibilidad de tsunamis.

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Retroceso de glaciares revela 35 nuevas islas y 2.466 km de costas en el Ártico

Entre los años 2000 y 2020, más de 1,700 glaciares en el hemisferio norte han retrocedido significativamente, exponiendo 2,466 kilómetros de nuevas costas y 35 islas previamente sumergidas, según un estudio internacional publicado en la revista Nature Climate Change. Este fenómeno plantea riesgos geológicos y climáticos, incluyendo erosiones, deslizamientos y la posibilidad de tsunamis.

“El deshielo no solo transforma el paisaje, sino que también crea riesgos para las costas y las comunidades cercanas”

– Detalla el equipo en su publicación en Nature Climate Change.

14/4/2025

Un informe reciente, fruto de la investigación de un equipo internacional sobre el retroceso de glaciares en el hemisferio norte, ha arrojado datos alarmantes y reveladores. Entre los años 2000 y 2020, el estudio analizó 1,700 glaciares de áreas como Groenlandia, Alaska, el Ártico canadiense, el Ártico ruso, Svalbard e Islandia, descubriendo que el 85% de estos ha retrocedido significativamente, acumulando una pérdida de masa neta de 10.3 ± 3.4 gigatoneladas por año.

El análisis muestra que los glaciares han expuesto 2,466 kilómetros de nueva línea costera, a un ritmo promedio de 123 kilómetros por año. Este deshielo masivo dio lugar también a la aparición de 35 nuevas islas de al menos 0.5 kilómetros cuadrados de superficie. La mayoría de estas formaciones (29) se encuentran en Groenlandia, mientras que el resto están distribuidas entre Svalbard y el Ártico ruso.

Una de las transformaciones más notables fue detectada en el glaciar Zachariae Isstrøm, en Groenlandia, que dejó al descubierto 81 kilómetros de litoral, el doble que cualquier otro glaciar estudiado. A nivel regional, dos tercios de la nueva costa expuesta se concentran también en Groenlandia, y el restante se localiza en zonas como el Ártico canadiense, ruso y Svalbard, cada uno con aportaciones de 218 a 240 kilómetros de nueva costa.

Estas formaciones costeras han sido clasificadas como "paraglaciares", término que se refiere a la alta susceptibilidad de este tipo de terrenos a deslizamientos y erosión, debido a la ausencia de permafrost que las estabilice. Los deslizamientos no solo representan un factor de alteración geológica, sino que también traen consigo peligros como tsunamis. Un ejemplo claro de esto ocurrió en Groenlandia en 2017, cuando un desprendimiento de tierra derivó en una ola mortal que afectó gravemente a las comunidades costeras.

El retroceso de los glaciares y la aparición de estas nuevas costas tienen implicaciones que van más allá del cambio en el paisaje. Países y comunidades cercanas enfrentan un aumento en los riesgos geológicos y climáticos, particularmente en lo que se refiere a la seguridad de infraestructuras y al impacto en el turismo. Estos territorios, muchas veces atractivos por sus paisajes, ahora presentan peligros inherentes para la actividad turística y la sostenibilidad económica.

En cuanto a los responsables del incremento significativo de líneas costeras, el informe señala que solo el 6% de los glaciares marinos analizados (es decir, 101 glaciares) son responsables de más del 50% de la extensión total de nueva costa. La investigación también deja en claro que el calentamiento global, a través del aumento de temperaturas del aire y de los océanos, es el principal impulsor detrás del retroceso de los glaciares y la consecuente exposición de nuevas áreas terrestres en el Ártico.

Además de los riesgos geológicos y el cambio climático que estos descubrimientos representan, las costas descubiertas son extremadamente inestables. Podrían colapsar de manera súbita, poniendo en peligro no solo a quienes habiten o desarrollen actividades cercanas a estas áreas, sino también a la biodiversidad local. Los datos reflejan una tendencia acelerada de deshielo que podría seguir transformando drásticamente el Ártico en las próximas décadas.

De las 35 nuevas islas descubiertas entre 2000 y 2020, la mayoría emergieron en Groenlandia, destacando la vasta magnitud del deshielo en esta región ártica. Este fenómeno es la primera vez que se documenta de manera tan específica en un lapso temporal de 20 años.

Algo Curioso

“El deshielo no solo transforma el paisaje, sino que también crea riesgos para las costas y las comunidades cercanas”

– Detalla el equipo en su publicación en Nature Climate Change.

Apr 14, 2025
Colglobal News

Un informe reciente, fruto de la investigación de un equipo internacional sobre el retroceso de glaciares en el hemisferio norte, ha arrojado datos alarmantes y reveladores. Entre los años 2000 y 2020, el estudio analizó 1,700 glaciares de áreas como Groenlandia, Alaska, el Ártico canadiense, el Ártico ruso, Svalbard e Islandia, descubriendo que el 85% de estos ha retrocedido significativamente, acumulando una pérdida de masa neta de 10.3 ± 3.4 gigatoneladas por año.

El análisis muestra que los glaciares han expuesto 2,466 kilómetros de nueva línea costera, a un ritmo promedio de 123 kilómetros por año. Este deshielo masivo dio lugar también a la aparición de 35 nuevas islas de al menos 0.5 kilómetros cuadrados de superficie. La mayoría de estas formaciones (29) se encuentran en Groenlandia, mientras que el resto están distribuidas entre Svalbard y el Ártico ruso.

Una de las transformaciones más notables fue detectada en el glaciar Zachariae Isstrøm, en Groenlandia, que dejó al descubierto 81 kilómetros de litoral, el doble que cualquier otro glaciar estudiado. A nivel regional, dos tercios de la nueva costa expuesta se concentran también en Groenlandia, y el restante se localiza en zonas como el Ártico canadiense, ruso y Svalbard, cada uno con aportaciones de 218 a 240 kilómetros de nueva costa.

Estas formaciones costeras han sido clasificadas como "paraglaciares", término que se refiere a la alta susceptibilidad de este tipo de terrenos a deslizamientos y erosión, debido a la ausencia de permafrost que las estabilice. Los deslizamientos no solo representan un factor de alteración geológica, sino que también traen consigo peligros como tsunamis. Un ejemplo claro de esto ocurrió en Groenlandia en 2017, cuando un desprendimiento de tierra derivó en una ola mortal que afectó gravemente a las comunidades costeras.

El retroceso de los glaciares y la aparición de estas nuevas costas tienen implicaciones que van más allá del cambio en el paisaje. Países y comunidades cercanas enfrentan un aumento en los riesgos geológicos y climáticos, particularmente en lo que se refiere a la seguridad de infraestructuras y al impacto en el turismo. Estos territorios, muchas veces atractivos por sus paisajes, ahora presentan peligros inherentes para la actividad turística y la sostenibilidad económica.

En cuanto a los responsables del incremento significativo de líneas costeras, el informe señala que solo el 6% de los glaciares marinos analizados (es decir, 101 glaciares) son responsables de más del 50% de la extensión total de nueva costa. La investigación también deja en claro que el calentamiento global, a través del aumento de temperaturas del aire y de los océanos, es el principal impulsor detrás del retroceso de los glaciares y la consecuente exposición de nuevas áreas terrestres en el Ártico.

Además de los riesgos geológicos y el cambio climático que estos descubrimientos representan, las costas descubiertas son extremadamente inestables. Podrían colapsar de manera súbita, poniendo en peligro no solo a quienes habiten o desarrollen actividades cercanas a estas áreas, sino también a la biodiversidad local. Los datos reflejan una tendencia acelerada de deshielo que podría seguir transformando drásticamente el Ártico en las próximas décadas.

De las 35 nuevas islas descubiertas entre 2000 y 2020, la mayoría emergieron en Groenlandia, destacando la vasta magnitud del deshielo en esta región ártica. Este fenómeno es la primera vez que se documenta de manera tan específica en un lapso temporal de 20 años.

Un informe reciente, fruto de la investigación de un equipo internacional sobre el retroceso de glaciares en el hemisferio norte, ha arrojado datos alarmantes y reveladores. Entre los años 2000 y 2020, el estudio analizó 1,700 glaciares de áreas como Groenlandia, Alaska, el Ártico canadiense, el Ártico ruso, Svalbard e Islandia, descubriendo que el 85% de estos ha retrocedido significativamente, acumulando una pérdida de masa neta de 10.3 ± 3.4 gigatoneladas por año.

El análisis muestra que los glaciares han expuesto 2,466 kilómetros de nueva línea costera, a un ritmo promedio de 123 kilómetros por año. Este deshielo masivo dio lugar también a la aparición de 35 nuevas islas de al menos 0.5 kilómetros cuadrados de superficie. La mayoría de estas formaciones (29) se encuentran en Groenlandia, mientras que el resto están distribuidas entre Svalbard y el Ártico ruso.

Una de las transformaciones más notables fue detectada en el glaciar Zachariae Isstrøm, en Groenlandia, que dejó al descubierto 81 kilómetros de litoral, el doble que cualquier otro glaciar estudiado. A nivel regional, dos tercios de la nueva costa expuesta se concentran también en Groenlandia, y el restante se localiza en zonas como el Ártico canadiense, ruso y Svalbard, cada uno con aportaciones de 218 a 240 kilómetros de nueva costa.

Estas formaciones costeras han sido clasificadas como "paraglaciares", término que se refiere a la alta susceptibilidad de este tipo de terrenos a deslizamientos y erosión, debido a la ausencia de permafrost que las estabilice. Los deslizamientos no solo representan un factor de alteración geológica, sino que también traen consigo peligros como tsunamis. Un ejemplo claro de esto ocurrió en Groenlandia en 2017, cuando un desprendimiento de tierra derivó en una ola mortal que afectó gravemente a las comunidades costeras.

El retroceso de los glaciares y la aparición de estas nuevas costas tienen implicaciones que van más allá del cambio en el paisaje. Países y comunidades cercanas enfrentan un aumento en los riesgos geológicos y climáticos, particularmente en lo que se refiere a la seguridad de infraestructuras y al impacto en el turismo. Estos territorios, muchas veces atractivos por sus paisajes, ahora presentan peligros inherentes para la actividad turística y la sostenibilidad económica.

En cuanto a los responsables del incremento significativo de líneas costeras, el informe señala que solo el 6% de los glaciares marinos analizados (es decir, 101 glaciares) son responsables de más del 50% de la extensión total de nueva costa. La investigación también deja en claro que el calentamiento global, a través del aumento de temperaturas del aire y de los océanos, es el principal impulsor detrás del retroceso de los glaciares y la consecuente exposición de nuevas áreas terrestres en el Ártico.

Además de los riesgos geológicos y el cambio climático que estos descubrimientos representan, las costas descubiertas son extremadamente inestables. Podrían colapsar de manera súbita, poniendo en peligro no solo a quienes habiten o desarrollen actividades cercanas a estas áreas, sino también a la biodiversidad local. Los datos reflejan una tendencia acelerada de deshielo que podría seguir transformando drásticamente el Ártico en las próximas décadas.

De las 35 nuevas islas descubiertas entre 2000 y 2020, la mayoría emergieron en Groenlandia, destacando la vasta magnitud del deshielo en esta región ártica. Este fenómeno es la primera vez que se documenta de manera tan específica en un lapso temporal de 20 años.

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